Extorsión y plagios, denuncian maestros
AFECTADA. La profesora Tonanzin Yei Beltrán tuvo que salir de Acapulco hacia Chilpancingo por la violencia criminal que azota al puerto. (Foto: CRISTOPHER ROGEL BLANQUET / EL UNIVERSAL )
Chilpancingo.— En mayo de 2011 la maestra Tonanzin Yei Beltrán caminaba por una calle concurrida de la colonia Emiliano Zapata de la mano de su hijo, en Acapulco, cuando una balacera la sorprendió. Ambos se tiraron al piso y lograron salvarse, pero desde ese momento supo que no podía seguir más en ese sitio donde habían secuestrado, asesinado y extorsionado a varios de sus compañeros y padres de familia de la secundaria donde trabajaba.
Aunque ese hecho le ocurrió a la maestra que impartía Artes Plásticas en la secundaria 6 Tierra y Libertad de Acapulco, nada ha cambiado desde entonces. Cuenta que en colonias como en las que trabajó, La Sabana, Las Cruces, La Vacacional y Renacimiento, por mencionar algunas, la violencia ha trastocado la tranquilidad de los maestros de nueva cuenta, al grado que 198 escuelas de ese polígono de la zona rural norte de Acapulco están cerradas.
La maestra de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG) revela que tres profesores hace dos semanas fueron secuestrados en la carretera federal Acapulco-Marquelia, a la altura del municipio de San Marcos, en la Costa Chica de Guerrero, y fueron liberados días después.
La violencia regresó y si el gobierno no hace nada puede quitarle la tranquilidad y enlutar a más familias, considera. En 2011, durante septiembre y octubre, los maestros alzaron la voz y lograron un plan de seguridad en coordinación con la Secretaría de Educación Guerrero y la Secretaría de Seguridad Pública. El plan fracasó, de las cámaras colocadas por plantel, dice, “se han descompuesto la mayoría y los famosos botones de pánico no sirvieron de nada”.
El clima de terror inició cuando a habitantes de las colonias marginadas de esa zona de Acapulco les comenzaron a pedir cuotas. Los maestros, recuerda, denunciaron que integrantes del Cártel Independiente de Acapulco, a cuyo líder, conocido como Víctor, señalan como presunto familiar del gobernador con licencia Ángel Aguirre, cobraban cuotas a escuelas, lo que no ha cambiado.
La situación mejoró en 2012 y 2013, pero este año la violencia escaló y los hechos que vivió hace tres años se duplican: en estas fechas, dice hay maestros que tienen que pagar hasta porque los espías de la delincuencia organizada les respeten sus automóviles y no los roben. Por ejemplo, un intendente tiene que pagar hasta 150 pesos para que no toquen su auto.
Desde 2012 la maestra tuvo que viajar de Chilpancingo a Acapulco todos los días, hasta este año que pudo cambiarse a dos escuelas capitalinas. En ese entonces pagaba 200 pesos diarios de pasaje. Su sueldo bajó 30%, aun cuando da clases en dos escuelas, “pero así estoy mejor, porque allá era vivir con zozobra”, dice.