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El estado de Guerrero es territorio vedado para el gobierno de Estados Unidos. En una inédita alerta de viaje —a unas semanas de que inicie la temporada de vacaciones decembrina— prohibió a sus funcionarios viajar a esa entidad, incluyendo por primera vez el puerto de Acapulco, y sugiere a sus ciudadanos en general “seguir las mismas directrices”, como una medida para evitar riesgos ante las condiciones de seguridad que existen en este punto del país, a partir de la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa.

A más de un mes de que el Departamento de Estado de ese país actualizó su alerta para México, donde incluyó a 19 entidades como “focos rojos” por la seguridad, y en la que endureció las recomendaciones para los ciudadanos que viajan a Guerrero, ahora a través de su Embajada el tono de la advertencia escaló.

El 10 de octubre pasado la administración de Barack Obama instruyó a sus ciudadanos y funcionarios diplomáticos a que evitaran viajes no esenciales a cualquier punto de la entidad, pero en los casos de zonas turísticas como Acapulco, Zihuatanejo, Ixtapa y Taxco sólo pidió extremar precauciones ante la inseguridad.

Ayer, la Embajada de Estados Unidos en México emitió una alerta de viajes exclusiva para Guerrero, en la que prohíbe a sus funcionarios viajar a cualquier parte del estado y ordena aplazar todos los viajes no esenciales por vía terrestre o aérea, incluyendo el puerto de Acapulco.

Bajo la leyenda “aviso importante”, la representación diplomática expuso: “Este mensaje es para informar a los ciudadanos estadounidenses que las protestas e incidentes violentos continúan en Guerrero en respuesta a la desaparición de 43 estudiantes”.

Reveló que ante las condiciones que existen, “el personal de la embajada ha recibido instrucciones de aplazar los viajes no esenciales a Acapulco, por vuelo o carretera”, incluyendo traslados a través de la autopista de cuota 95D —en el trayecto del puerto al Distrito Federal—.

Recalca que “los viajes por carretera en todas las otras partes del estado permanecen prohibidos”. Sólo relaja la medida respecto a los viajes vía aérea a Ixtapa-Zihuatanejo, pero en recorridos terrestres a esa zona turística tampoco está permitido.

Algunos puntos de atención

La embajada “aconseja a los ciudadanos estadounidenses seguir las mismas directrices”, y da a conocer que los ciudadanos en el puerto podrán tener asistencia, ya que la Agencia Consular en Acapulco de Estados Unidos continúa abierta.

Aunque ésta no es una de las alertas semestrales que emite el Departamento de Estado en esa nación, los avisos de seguridad que emite la embajada se elaboran a partir de los informes que recaba de diversas dependencias del gobierno federal, como parte de la cooperación bilateral en materia de seguridad, pero también del trabajo que realizan sus diplomáticos para allegarse de datos que les permite elaborar informes que envían a Washington, y que son base para las advertencias de viaje generales.

Esta es otra de las expresiones de la preocupación que existe en la administración Obama por el caso Iguala. El 7 de octubre —cuando aún no se conocían todos los detalles de esta desaparición forzada perpetrada el 26 de septiembre— la portavoz del Departamento de Estado, Jean Psaki, confirmó que el gobierno seguía de cerca el incidente y se pronunció por una profunda investigación.

El 28 de octubre, el vocero de la Casa Blanca, John Earnest, reconoció que los reportes de la investigación sobre lo ocurrido con los normalistas de Ayotzinapa eran preocupantes.

Otro de los signos fue el hecho de que el Departamento de Estado adelantara su alerta de viaje semestral. En agosto emitió en tiempo sus recomendaciones para México, que deberían ser renovadas hasta febrero de 2015, pero las lanzó el 10 de octubre para advertir de los riesgos de viajar a 19 estados, entre ellos Guerrero.

En su nuevo mensaje, la embajada pide además a sus ciudadanos “evitar áreas de manifestaciones (…) mantener un alto nivel de vigilancia y tomar las medidas necesarias para mejorar su seguridad personal”.

El 15 de noviembre emitió un mensaje similar, pero no vedaba el puerto de Acapulco, como el que envió ayer a sus funcionarios y ciudadanos.

En el puerto, el mal clima ocasionado por la violencia comenzó desde los primeros días del 2014 y se prevé se prolongué hasta fin de año.

Las muertes relacionadas con la delincuencia organizada, que en octubre pasado alcanzaron al secretario general del PAN en Guerrero, Braulio Zaragoza, así como los secuestros y las secuelas del caso Iguala, han incidido negativamente en la industria turística de Acapulco, uno de los principales destinos del país.

Joaquín Badillo, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, advirtió que el puerto resiente una caída de 60%.

Hacen valla humana

Ayer, hoteleros, prestadores de servicios y restauranteros del puerto salieron de sus centros de trabajo y tomados de las manos pidieron que se reactive la economía, pues en los últimos días por las movilizaciones han tenido pérdidas millonarias.