Acapulco.— Mil 300 elementos de la Gendarmería, división de la Policía Federal, arribaron ayer a Guerrero, como parte de la estrategia planteada en coordinación con la federación, para disminuir los índices violentos en la entidad, “para ayudarnos en esta temporada alta, frente a una situación de emergencia”, informó el gobernador interino, Rogelio Ortega.

Entrevistado durante el mitin de la Unión de Calentanos, luego de una cabalgata por la paz, Ortega explicó que “hemos tomado estas medidas con suficiente tiempo; les solicitamos a las autoridades federales y nos dieron el apoyo”, pues en las últimas cuatro semanas en Acapulco se incrementaron los hechos delictivos.

Dijo que no le molesta que Guerrero esté en las primeras planas de diarios de otros países, aunque sea con una opinión negativa sobre las masacres y la crispación social que no han podido resolver. “En estos momentos todo lo que sucede en Guerrero le dio la vuelta al mundo y qué bueno, antes no denunciaban, nadie se atrevía a hacer las denuncias”.

Comentó que ya se reunió con autoridades diplomáticas de la Embajada de Estados Unidos, quienes habían colocado una alerta para que sus ciudadanos no vinieran a Acapulco, principal destino turístico de Guerrero, por el ambiente tenso y de violencia que priva en la entidad. “Retiraron el bloqueo, ahora pueden llegar sus visitantes por avión, por barco”.

Aseguró que los convencerán de que hay seguridad en las carreteras y no habrá bloqueos, pues afirmó que tiene una tregua implícita entre integrantes de la Asamblea Nacional Popular (ANP) y en la temporada decembrina no haya bloqueos.

“Ahora con la presencia de la Gendarmería espero que esto disminuya (hechos sangrientos). ¡Qué el espíritu navideño sea espíritu de paz!”.