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Crónica. Ayuda, grito generalizado

Julián Sánchez / Enviado| El Universal
Jueves 18 de septiembre de 2014

La falta de alimento, agua potable y luz son problemas que comienzan a despertar desesperación en los habitantes de Los Cabos tras el impacto de "Odile" en la península de Baja California Sur Xinhua

Afectados extraen de centros de comerciales artículos que no son de primera necesidad AP

Por la madrugada y la mañana del martes, cientos de personas llegaron a diferentes centros comerciales para saquearlos Xinhua

Damnificados realizaron saqueos en negocios de Los Cabos, tras el paso del huracán <i>Odile</i> por la península de Baja California Sur Cuartoscuro.com

"No tenemos dónde comprar alimentos, la mayoría de la tiendas ya fueron saqueadas, no hay nada", señala Roberto mientras la desesperación lo invade Xinhua

Cientos de personas realizan una larga fila para entrar al supermercado, que según empleados la tienda donó todo el alimento existente AP

Un empleado de un supermercado apunta con un rifle a la gente que trata de saquear la tienda AP

Un guardia se enfrenta a un par de hombres que tratan de saquear el supermercado en Los Cabos AP

A este escenario hay que agregarle, que también comenzó a escasear la gasolina en la ciudad, sólo tres estaciones de servicio, los únicos que tienen planta de luz, están abasteciendo del combustible en Los Cabos Cuartoscuro.com

El desabasto de combustible y comida ha llevado a unos al saqueo en tiendas

LOS CABOS

“Deben ayudar también a los pobres, a los que el huracán se llevó sus casas, no sólo a turistas. Que venga Peña Nieto a ver cómo nos quedamos sin nada, sin casa, agua, sin comida, sin muebles”, sostuvo Alejandra Soto García, quien hasta antes del domingo tenía su vivienda en la colonia La Ballena.

Como esta colonia, a 4 kilómetros, se encuentra El Vado de Santa Rosa, un asentamiento donde en su mayoría había casas de madera, cartón y lámina, y que quedaron destruidas el pasado sábado con el paso de Odile.

En esos sitios se han quedado sin agua, mientras las tiendas de conveniencia cercanas quedaron también destruidas y fueron totalmente saqueadas.

Cerca del aeropuerto, a donde desde el domingo han llegado víveres y agua, apenas ayer arribó un camión con algunas despensas, que no fueron suficientes para la fila de más de 300 personas, muchas de las cuales, desesperadas, querían arrebatar las cajas con alimentos que llevaban elementos de Marina y personal de Gobernación.

“Necesitamos agua y comida, no tenemos nada; queremos que nos vengan a ayudar porque todas las casas están tiradas”, comentó Guadalupe Soto.

La mujer de 26 años de edad y cinco hijos se acercan con su esposo a lo que fue su casa, en cuyos restos está amarrado su perro y describe con tristeza que junto a unos pedazos de triplay estaba su recámara y, al lado, el baño, donde se observa el excusado arrancado.

A unos metros, Alejandra García Soto relató que el sábado pasado escuchó cómo el viento poco a poco iba volando las láminas de otras casas, hasta que le tocó a la suya, por lo que salió corriendo con sus hijos y su esposo para refugiarse en la vivienda de una cuñada.

Ebodia Pérez, quien también tenía su casa en La Ballena, coincide en que urge que les den apoyo. “Queremos que nos ayuden. Los niños andan sufriendo porque no tenemos agua ni comida. Andamos buscando agua, pero la que encontramos está sucia, hay que colarla para que se la tomen”.

En el Vado de Santa Rosa la gente también reclama ayuda. Emilia Montes Rojas, quien mantiene a sus tres hijos con lo que gana en el servicio doméstico, señala que no sabe qué hacer ahora que se quedó sin casa.

“Corrí con mis pequeños a un albergue, pero éste se encontraba cerrado. Nos quedamos en la calle hasta que llegó un policía y a patadas tumbó la puerta.”

La ley del más fuerte

Su vecina, Elizabeth García, aseguró que no cuenta con agua ni leche para alimentar a su bebé, ni tampoco puede comprarla, porque se quedó sin dinero y sin casa. “Y aunque tuviéramos dinero no hay dónde comprar, no hay tiendas y el Soriana se quedó sin nada”.

A 2 kilómetros de ahí, en esa tienda comercial, devastada en su mayoría por una turba que arrasó con lo que pudo, algunos empleados se dedican a limpiar lo que hizo la gente y el huracán Odile durante su paso.

Edson Castillo, subgerente de operaciones de la tienda, contó que el lunes comenzó el saqueo. Que la gente se llevó abarrotes desde las 17:00 horas y hasta las 23:00 horas.

Al día siguiente, desde las siete de la mañana otra turba robó de todo, incluso, artículos denominados de alto valor que había resguardado en un “búnker”, al cual entraron algunos violando las cerraduras y candados y se llevaron pantallas, electrodomésticos y artículos electrónicos.

Castillo dijo que sustrajeron material de papelería, además de equipo de cómputo.

“Me siento muy decepcionado de la gente y yo soy de aquí. Me siento como en tierra de nadie, donde ha dominado la ley del más fuerte”.

Así como ese centro comercial, se observaron otros similares destruidos al igual que tiendas Oxxo, que de 10 que se pudieron observar durante un recorrido en esta ciudad, todas estaban destruidos.

Incluso, en algunos centros comerciales los empleados, armados con rifles de aire y bates de beisbol, trataron de evitar la rapiña, sin lograrlo, pues algunos de éstos fueron golpeados por la turba.

Paralelamente a eso, habitantes de algunas colonias populares se quejaron de que han comenzado robos a viviendas y lo que queda de algunas de ellas en algunos casos, por lo que demandaron mayor presencia policiaca y militar.



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