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Arroz de Morelos, historia de un plagio

Justino Miranda| El Universal
Domingo 16 de noviembre de 2014
Arroz de Morelos, historia de un plagio

La falta de certificación del grano ha impedido a los campesinos exportar y comercializar el producto, a pesar de su reconocida competitividad internacional. (Foto: CIUDADANOS MX )

Productores señalan que en marcas se "piratean" nombre sin contar con la calidad del grano, considerado como el mejor del país

Cuernavaca

De pronto, el mercado se inundó de arroz con marcas que presumían su origen en el estado de Morelos. Los consumidores compraban los kilos del cereal convencidos de que era producción morelense. Marcas como arroz tipo “Morelos”, “Arroz Morelos”, “Arroz de Morelos”, y algunos con la imagen del independentista José María Morelos atiborraron centros de abasto, tiendas y mercados.

Lo que siguió fue un marcado perjuicio de la producción local porque las amas de casa comenzaron a divulgar que el arroz cultivado en Morelos no servía. “Hubo muchos arroces Morelos sin calidad y a bajo costo. Eso nos perjudicó”, recuerda José Solís Alvarado, representante no gubernamental del Sistema Producto Arroz en el estado.

Entonces los productores se agruparon y en 2011 convencieron al entonces secretario de Desarrollo Agropecuario, Bernardo Pastrana, y al gobernador Marco Adame para buscar la denominación de origen, por tercera ocasión.

Desde 1994 los productores persiguieron la nominación y aunque tuvieron el apoyo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), dependiente de Sagarpa, enfrentaron complicaciones y rechazo de parte del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).

Finalmente, en febrero de 2012 vino a Morelos el entonces secretario de Economía, Bruno Ferrari, para atestiguar la entrega de la denominación de origen “Arroz del Estado de Morelos”. El director del IMPI, José Rodrigo Roque, afirmó entonces: “Una denominación de origen no es exitosa por decreto”.

La advertencia del ex titular del IMPI parece cobrar vigencia porque, a la distancia, el arroz de Morelos, como grano alimenticio, es considerado el mejor del país y de competitividad internacional, pero su desarrollo y proyección internacional enfrentan tres duros obstáculos: la competencia desleal de arroces asiáticos, el clon de su nombre y la falta de certificación. Este último impide su exportación y comercialización en el extranjero.

Su cultivo artesanal, el clima, la calidad de las tierras y el mejoramiento de las variedades del grano hacen del arroz morelense una actividad agrícola atractiva y desde hace cuatro años hay registros del crecimiento de la superficie cultivada, aunque aún se destinan los mejores terrenos para la construcción de conjuntos habitacionales, dice Solís Alvarado.

Orgullo Morelos

En los archivos oficiales se documenta que el arroz de Morelos es calificado como el de mejor calidad en México. Fue introducido por Ricardo Sánchez en 1836, cuando realizó el primer cultivo en el municipio de Jojutla.

“Las altas temperaturas en el día y frescas por la noche fomentan la calidad en la producción. Es un producto artesanal que posee características únicas de calidad y sabor a nivel mundial y cuyos productores del estado producen 17 mil toneladas al año”, cita un texto de la Secretaría de Turismo estatal.

La industria arrocera beneficia a más de 700 productores del estado y su calidad se define por la mano de obra calificada que interviene en el proceso de siembra, producción y cosecha; todas las actividades se realizan de forma manual.

Turismo afirma que con la denominación de origen diseñará una estrategia para desarrollar “La ruta del arroz”, la cual considerará los municipios de Jojutla, Puente de Ixtla y Cuautla. Los primeros se encuentran en el sur y el tercero en el oriente del estado. El objetivo es potencializar el desarrollo turístico y fortalecer el programa Orgullo Morelos.

El gobierno estatal confía plenamente en colocar “La ruta del arroz” como atractivo para los visitantes, ya que el grano tiene un sabor especial y consistencia inigualable, gracias a que las zonas arroceras, situadas en 22 de los 33 municipios del estado, se localizan entre los 800 y mil 200 metros a nivel del mar, y se cultiva durante el ciclo agrícola primavera-verano.

Morelos y Pavón no es “Morelos”

José Solís Alvarado, representante del Sistema Producto Arroz de Morelos, resume que las características del arroz morelense “es más grande, grueso, con centro blanco donde concentra almidones que hacen que el arroz esponje al ser cocinado y con eso no se pega y absorbe mejor los sabores”.

Esas cualidades, dice, lo hacen diferente a cualquier producto del país, incluso del mundo; es más sabroso, por eso los comerciantes pretendían plagiar el nombre para que la gente consuma un arroz con las supuestas características del grano cultivado en Morelos.

Lamentablemente, afirma, no se pudo obtener la denominación de “Arroz Morelos” porque en el mercado hay una marca que mucha gente la confunde con arroz Morelos, cuando en realidad sólo es envasado en Ecatepec de Morelos, perteneciente al Estado de México.

La presunta mala intención de los fabricantes de ese arroz, señala, incluyó usar la imagen de José María Morelos y Pavón en las bolsas. Así, los consumidores creen que el grano tiene su origen en el estado de Morelos, pero no es cierto. Con la denominación de origen están protegidos 22 municipios del estado porque en esos lugares se produce el grano de forma diferente.

Sin norma oficial ni certificación

Según Solís Alvarado, la denominación de origen protege al productor morelense en varios aspectos como mantener el precio del kilo mientras que a nivel nacional se desploma. En Morelos de 2012 a 2014 el kilo de arroz, por mayoreo, pasó de 4 a 5.20 pesos y eso ha consolidado el producto, pero ahora van por el reforzamiento de la denominación de origen.

Por ahora las cuatro marcas que hay en el estado —Perseverancia de Jojutla, Soberano, India de Morelos y Buena Vista— no pueden estar certificadas con la denominación de origen porque no hay una norma oficial mexicana, cuya búsqueda ya iniciaron. “Constituimos nuestro Consejo Regulador del Arroz, pero no puede acreditarse ante la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) porque no tenemos la norma. Estamos trabajando en ese propósito.

“La certificación nos va a llevar mínimo unos seis o siete meses en lo que acreditamos ante el EMA nuestro consejo regulador. Con eso podríamos buscar un mercado diferenciado, incluso ya se han acercado hijos de productores que viven en Estados Unidos y Canadá que quieren exportar el arroz pero ya certificado, y les digo que esperen la certificación”, explica Solís Alvarado.

El binomio denominación-certificación beneficiará a industriales, productores y jornaleros, dice, porque se pagará mejor y se fortalecerá este cultivo que genera 70% de sus costos es en sus jornales de trabajo. A este proyectó le acompaña una petición a las autoridades: delimitar la mancha urbana, ordenar su crecimiento, y reservar las parcelas de alta productividad para actividades agrícolas, como en el caso del arroz. “Nos está dejando los arenales y los cerros”, reclama el representate arrocero.



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