BAHÍA DE PAREDÓN

'La Chancha' era “un hombre muy callado, casi no hablaba de su vida”, dice Bellarmino Rodríguez Beyzo, quien asegura ser el mejor amigo del náufrago que partió de las costas de Chiapas en noviembre de 2012 y apareció en las Islas Marsall.

Incluso, admite que es tan reservado que no sabía que el salvadoreño se llamaba José Salvador Albarengo, “siempre lo conocí por Cirilo Vargas”.

Relata que el naufragio que lo llevó a Oceanía, a una distancia de 12 mil kilómetros, no fue el primero; seis meses antes, en mayo de 2012, se descompuso el motor del barco en el que pescaba y se extravió, pero en esa ocasión lo hallaron días después.

Recuerda que se hicieron amigos desde hace cuatro años en Chocohuital, Pijijiapan, cuando 'La Chancha' llegó a la comunidad pesquera y le dio trabajo en la pesca de tiburón.

“Solíamos salir al monte de cacería cuando no salía a la pesca y a jugar futbol por las tardes, pero siempre me decía que se aburría estar en tierra, que prefería estar en el mar; su pasión era la pesca”, asegura.

Bellarmiro señala que el apodo de 'La Chancha' ya lo traía de El Salvador.

“Aunque éramos muy amigos, no le conocí novia ni hijos; incluso, cuando fue lo del naufragio pregunté con los compañeros si sabían que tuviera algún hijo para ayudarlo, pero no hubo nada”.

Cirilo llegó a la pequeña comunidad pesquera Chocohuital, ubicada a unos 250 kilómetros de la frontera con Guatemala, procedente de Puerto Madero junto con un amigo salvadoreño, del cual Bellarmino se reservó el nombre.

“Él sí sabe la historia de Cirilo porque son del mismo pueblo, fue quien lo enseñó a pescar, pero no quiere hablar”, explicó.

Mientras, la noticia de que localizaron con vida a 'La Chancha' dividió las opiniones en la comunidad, ya que según los “cazadores de tiburón” nadie puede sobrevivir por más de un año en altamar.

El hombre de 37 años zarpó de la comunidad Chocohuital, en la zona Istmo-Costa el 17 de noviembre de 2012 junto con Ezequiel Córdova, de 23 años, según el testimonio de Cirilo murió en altamar.

El joven vivía en otro poblado y sólo iba a Chocohuital a sumarse a la pesca de tiburón.

Con la foto del pescador rescatado en su celular, Bellarmino les ha dado la noticia al resto de los pescadores, pero pocos creen la noticia. “Me dicen que hasta que lo vean lo creerán, pero yo sé que es él”.