OAXACA

Miles de niños oaxaqueños que se alistaron este lunes para ingresar a sus aulas, tuvieron una mañana de caras largas, tristes y molestas: tras las rejas de sus escuelas los recibieron cartelones que exponían: “No hay clases hasta nuevo aviso”.

El paro de la Sección 22 tomó por sorpresa a padres de familia en las ocho regiones de Oaxaca.

“No es posible que se les esté pagando a gente que no quiere trabajar”, manifestaba molesto Jorge Gómez, uno de los padres de familia de la Escuela Secundaria Técnica 85, de la capital oaxaqueña, que citaron a una reunión urgente este martes para determinar acciones contra los profesores faltistas.

“Hoy lunes era para que nos recibieran con las puertas abiertas, pero hallamos la escuela cerrada. Nadie nos dijo nada”, dijo doña Norma Escobar López. Parada frente a la primaria vespertina México, en Juchitán, doña Norma consideró que el paro magisterial “está mal, porque de por sí los alumnos van atrasados y ahora, ¿cuándo van a aprender?”.

Doña Rosa Regalado, otra de las afectadas, lamentó que “nadie nos hubiera recibido para decirnos que no había clases. No se vale. Gastamos para el inicio de clases”.

La molestia se extendió a las mujeres que subsisten con la venta de golosinas, “bolis”, jugos y juguetes a la entrada de las escuelas. “Con el paro, nos pasaron a joder”, dijo doña Guadalupe Gómez.

Con 25 años vendiendo en la entrada de la primaria Daniel C. Pineda, doña Lupe Gómez lamentó el paro pues invirtió 2 mil pesos para el regreso a clases.

“Tengo como 500 pesos de productos que si no los vendo, caducan. Así que iré a la calle a buscar dónde hay fiestas para vender y aguantar”, comentó.