Por el basquetbol, Dafne Shecid Díaz, dejó su casa, su lugar de origen. Pero todo ha valido la pena, dice sonriendo, aún incrédula de la hazaña en Argentina, donde el equipo Las Bayonetas se coronó campeón en el Festival Mundial de Minibaloncesto.

Dafne tiene claro el futuro: será entrenadora de la WNBA (Women's National Basketball Association) y, a la par, continuará con el negocio familiar de diseño gráfico. Mientras conquista esas metas, sabe que tiene que hacer algunos sacrificios.

Desde hace un año, la familia Díaz Tostado tuvo que adaptarse a un ritmo de vida agitado. Tres días a la semana viajaban desde San Martín Texmelucan -un municipio ubicado a 32 kilómetros de la ciudad de Puebla- para que Dafne acudiera a sus entrenamientos en el Polideportivo Xonaca.

Apenas llegaba de la escuela, la pequeña comía rápido y en el camino hacia Puebla se iba cambiando el uniforme de la secundaria por el de basquet. Alrededor de las 21:00 horas volvía a San Martín y la noche la dedicaba a hacer tarea, bañarse y alistar la mochila para el día siguiente.

"Era cansado, porque no comía bien, todo tenía que ser rápido, en la noche llegaba y si tenía mucha tarea terminaba a la una de la mañana. Pero la verdad es que el basquet significa todo para mí".

Desde hace casi un mes, Dafne y su hermano, de nueve años, se mudaron con sus abuelos paternos, Teresa y Fortino, que viven en la colonia Nueva Antequera, en la ciudad de Puebla.

La idea es facilitar los traslados y optimizar el tiempo. La madre de los menores, Guadalupe Tostado, logró que en su trabajo, la pastelería Mancerinas -una de las microempresas que patrocinó al equipo Bayonetas- la cambiaran a la sucursal de Puebla. Pero el papá de Dafne -quien tiene un negocio de diseño en San Martín- está lejos de la familia.

"Ha sido muy difícil, adaptarnos a los cambios, primero los traslados, ahora venirnos a Puebla con mis suegros. Luego juntar para el boleto de Dafne, pero yo sé que esto, al final, valdrá la pena, porque ella hace lo que le gusta", comenta a EL UNIVERSAL.

Igual que sus 13 compañeras, Dafne, de 12 años, se apoyó en familiares y amigos para reunir el dinero para viajar a Argentina.

Ante la negativa del Instituto Poblano del Deporte (Inpode) para ceder recursos para el traslado del equipo, las niñas y sus padres recurrieron a patrocinios, préstamos en financieras y hasta la venta de pulseras.

Dafne, por ejemplo, reunió alrededor de dos mil pesos tras vender sus pulseras, que le sirvieron para viáticos.

Las niñas y su entrenador, Héctor García Bayón, fueron recibidas por algunos clubes argentinos, equipos que les otorgaron hospedaje y alimentación.

Este lunes, Las Bayonetas se presentaron en una plaza comercial en medio de porras, lágrimas, abrazos, risas y una atmósfera de admiración. Las campeonas basquetbolistas que vencieron a más de 60 equipos de siete países, recibieron un reconocimiento por parte de la empresa Mister Tennis que auspició los uniformes.

El acto fue aprovechado por Ximena Mata, directora del Instituto Municipal del Deporte, quien aseguró que el presidente poblano Eduardo Rivera Pérez instruyó el pago de dos boletos.

No obstante, entre Las Bayonetas hay historias diversas, destacan seis casos que trasladan desde lejos para ir a los entrenamientos, como Mariel Meneses, quien viene de Tepeaca; Alejandra Itxel, de Atlixco; Alanis Gil y Silvia Hernández, de Tehuacán, y Crystal Ramos, de Tlaxcala.

Los padres admiten que hay que hacer ajustes presupuestales para reservar un dinero para los pasajes. Las Bayonetas están condicionadas: "le digo a mi hija que debe ir bien en la escuela", "ella es estudiosa y además disciplinada en el deporte".

El entrenador Bayón, al que las niñas describen en tres palabras como "bueno", "agradable" y "disciplinado", está orgulloso del equipo y anuncia que el siguiente reto es la Copa del Caribe -del 29 de octubre al 5 de noviembre- en República Dominicana, viaje para el que se recurrió a la solicitud de préstamos y patrocinios.