Historia. Deportados, en busca de otra oportunidad
AYUDA. La organización binacional Ángeles Sin Fronteras implementó una campaña denominada "autoempleate", dirigida a los migrantes regresados de EU que están en el "Bordo". (Foto: LAURA SÁNCHEZ / EL UNIVERSAL )
Sus manos rugosas, casi cayosas, dan cuenta de un pasado imperfecto: construcción, albañilería, carpintería. Pálido bajo la luz del cielo raso, Gerardo muestra las heridas que lleva en sus manos. "¡Aquí no nos rajamos, sabemos hacer de todo!".
Indocumentado, deportado, pelea un diminuto plato de caldo de res, que un grupo de la caridad reparte diariamente en el Campamento del Migrante Deportado, ahí muy cerca del "Bordo"; ese canal de aguas negras donde van a vivir todos los que son expulsados de Estados Unidos.
Los ojos de Gerardo brillan; lloran. Limpia apresuradamente su rostro mojado, exponiendo otra vez sus manos lastimadas, esas que ayudaron a construir Estados Unidos. Retiene el aliento unos segundos y afirma: "Como dicen, me doblo, pero no me quiebro". Va por otro intento.
A partir de este lunes, la organización binacional en defensa del migrante Ángeles Sin Fronteras implementó una campaña denominada "autoempleate", en la que han comenzado a fotografiar a los mexicanos deportados donde exhiben sus oficios, a la espera que la población mexicana que requiere un servicio los contrate.
"Enrique Rodríguez, albañil. Sergio Cuevas, guardia de seguridad. Arturo Rodríguez, pintor. Julio Cabrales, guardia bilingüe. Guillermo Heredia, chofer con licencia", son algunos de los rostros desesperanzados que aparecen en una página de internet en busca que una nueva oportunidad en México.
Los migrantes que fueron fotografiados viven en un campamento que se instaló en la zona norte de Tijuana, como protesta a la falta de apoyos gubernamentales por parte del gobierno federal para con los deportados que han quedado varados en la frontera.
Gerardo acaba de cumplir 53 años y ocho meses deportado. Durante 20 años vivió al norte de la ciudad de Los Angeles, California. Originario del Distrito Federal, recuerda que antes de cruzar a Estados Unidos trabajó como agente de compras e importación para la división McCormik.
El 3 de abril de 2013 fue deportado, ingresó a México por la Garita Internacional de Tijuana; el primer lugar que vio fue el "Bordo". Sin dinero o familiares, Gerardo todavía permanece en este lugar a la espera de poder brincarse la valla que divide México de Estados Unidos.