Mediante el pago de 10 mil pesos, un indígena del estado de Hidalgo aceptó romper el compromiso de matrimonio con una joven de 17 años, cuyos familiares habían recibido una dote de 18 mil pesos entre alimentos, bebidas y ropa.

Los usos y costumbres en esta entidad abarcan el matrimonio arreglado, como sucedió en la comunidad de San Miguel en el municipio de San Bartolo Tutotepec, ubicado en la región Otomi-Tepehua, donde Pedro Velasco Tolentino había contratado en matrimonio para su hijo Bernabé de 40 años, a la joven María Isabel de 17 años de edad.

A través de la entrega de ropa, comida, bebidas y regalos se había determinado que la pareja contrajera nupcias este mes, sin embargo la joven no quiso cumplir el trato, por lo que fue necesaria la intervención de los mediadores indígenas, una figura que funciona en la Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia y que fue puesta en marcha para comunidades alejadas.

La joven denunció ser acosada por su "prometido", quien al haber entregado una dote de 18 mil pesos, alegaba que la mujer le pertenecía por lo cual se la iba a robar.

Mediante dos audiencias públicas realizadas en ñhañhu, el encargado de los mediadores Gerardo San Juan García arregló el perdón legal a la joven, al exigir la restitución de 10 mil de los 18 mil pesos que había costado el acuerdo.

Gustavo García, vocero del Tribunal de Justicia, confirmó que las audiencias para resolver este caso, que es parte de los usos y costumbres de la región, se realizaron la semana pasada. Entre la molestia de Tolentino y su familia por haber roto el arreglo, aceptaron recuperar 10 mil pesos de la dote.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso local, Prisco Manuel Gutiérrez, lamentó que este tipo de hechos sean recurrentes en Hidalgo.

Pobladores de las comunidades de la Sierra, la Huasteca, El Valle del Mezquital y la región Otomi-Teñehua, llevan a cabo matrimonios arreglados mediante el pago de dinero o intercambio de bienes y comida. Muchos casos, dijo, no son conocidos debido a que los implicados desconocen las instancias donde se pueden denunciar.

En comunidades del municipio de Xochiatipan las niñas al terminar la primaria son obligadas a participar en faenas y contraer compromisos de matrimonio, lo cual refirió, es un requisito para poder estar en la comunidad; el participar en la vida de la población a través de las organizaciones comunitarias es una obligación para todas las niñas que en ocasiones tienen que abandonar sus estudios para poder atender sus "obligaciones".

Con la aprobación hace algunas semana de la Ley Indígena, el diputado señaló que se reglamentan estos usos y costumbres y se otorga certidumbre a las mujeres para que no sean obligadas a contraer matrimonio.

spb