El Arzobispado de Guadalajara consideró que los homosexuales enfrentan la "dolorosa realidad de su inestabilidad emocional" al criticar fuertemente la iniciativa de Ley de Libre Convivencia de Jalisco, con el apoyo de opiniones de asesores del PAN, en su publicación El Semanario de este sábado.

En un trabajo especial que ocupa la foto principal del periódico destacando una bandera del arco iris emblema del movimiento de los homosexuales y varias páginas con opiniones y entrevistas, además de fotos de varones besándose en los labios, el medio del arzobispado hace la advertencia de que con esa ley se pretende instituir un tercer género para "obligar al Estado a educar a la sociedad en ese sentido y generando una nueva cultura con un ataque a la familia".

Aun cuando se publica una entrevista con el autor de la ley, el diputado local del PRD, Enrique Velázquez, el arzobispado insiste que la propuesta de ley está torcida en las propuestas de solución, porque en el fondo pretende emular el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero sin llamarle por su nombre.

La propuesta de ley "pretende emular el matrimonio, aunque cuidándose de darle el nombre de matrimonio entre personas del mismo sexo, porque saben que si lo proponen como tal, la propuesta no va a avanzar, e incluso habría un repudio mayoritario, lo que provoca que jurídicamente tenga las mismas consecuencias".

"¿Por qué pretenden legislar sólo sobre una relación? ¿Por qué no dar oportunidad de que sean varias las personas que se beneficien con esta ley, hasta ahora sólo promovida para personas del mismo sexo?", insiste en su artículo principal el periódico católico.

Analiza que aun cuando el diputado insiste que su propuesta es para beneficiar a parientes, no sólo a parejas del mismo sexo, la ley ya existente no permite efectuar "la libre convivencia entre parientes consanguíneos en línea recta sin límite y colateralmente hasta el cuarto grado. No se va a poder dar porque no es una extensión de derechos, sino la afirmación de un derecho particular de un grupo que, sin querer discriminar, está segregando por una ley que es exclusiva como lo pretende la de convivencia".

"Si la ley es para todos, entonces debería de contemplar al ser humano en su totalidad y no en la exclusividad de su preferencia, sino en la relación de su derecho que es universal y que la Constitución misma garantiza, desde su primer artículo, que no puede discriminarse a una persona por sus preferencias sexuales", puntualizó el arzobispado.

Al continuar su crítica establece que la iniciativa está plagada de vicios, y resalta que uno de ellos es que, unilateralmente, uno de sus miembros puede deshacer tal unión. Otro más es cuando propone que lo no dispuesto en esta ley, "será regido, en lo que fuere aplicable, en los términos del concubinato. Esto es un error jurídico, porque el concubinato señala la relación conyugal entre un hombre y una mujer. Además, jurídicamente abre la puerta para que los libre convivientes reclamen los derechos con los que la ley ampara al concubinato, como el matrimonio y la adopción. Además, abre la puerta a legitimar la poligamia y el incesto".

mcs