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ACAPULCO

A tres meses del paso del huracán Manuel, restauranteros de las playas de la zona Diamante se declararon listos para recibir al turismo que celebrará la Navidad y Año Nuevo en el puerto. Sin embargo, en zonas habitacionales aún no concluye el rescate de viviendas.

Después de la tormenta, en septiembre pasado, las playas quedaron tapizadas de troncos y basura, donde no se podía caminar, y las palapas fueron destruidas.

En zonas habitacionales, el lodo y las inundaciones afectaron en el puerto al menos a 10 mil casas.

EL UNIVERSAL realizó un ejercicio para confirmar el avance en distintas zonas en este municipio que resultaron dañadas y se pudo comprobar que en algunos casos, principalmente en áreas habitacionales, aún no se han concluido los trabajos, mientras que en otros han logrado remozar los negocios, con recursos del gobierno y propios, y ya comienzan a salir adelante.

Por ejemplo, el gobierno apoyó a los comercios de la Zona Diamante con 25 mil pesos a cada uno, mientras que en Revolcadero apenas fue de 10 mil y están a la espera de otra cantidad similar.

En el caso de las casas dañadas, se entregó un monedero electrónico con 10 mil pesos por familia, pero algunas personas denunciaron que sólo les depositaron tres mil pesos y unas más siguen en espera de que les entreguen las tarjetas.

La unidad Colosio, cuyas calles y viviendas sufrieron inundaciones, se encuentra libre de lodo; algunas viviendas ya fueron pintadas y lavadas y otras aún mantienen la marca del nivel del agua.

En el fraccionamiento La Ceiba, el más afectado por el desbordamiento de los ríos Papagayo y La Sabana, así como de la laguna de Tres Palos, aún hay casas abandonadas y con lodo adentro.

Aún esperan la ayuda

María Dolores, de la Ampliación Colosio, otra colonia que se vio severamente afectada por la tormenta tropical de septiembre, comenta que su casa aún se encuentra con daños, luego de que se inundó.

Indica que el nivel del agua subió hasta dos metros.

Dice que junto con su esposo limpió su hogar y, a pesar de que fue censada, nunca le llegó la tarjeta de enseres domésticos.

La Ampliación Colosio está asentada de manera irregular; la mayoría de las viviendas en la zona son rústicas, pero sus habitantes dicen que, sin ayuda de las autoridades, ellos mismos se encargaron de sacar toneladas de tierra y lavar lo poco que pudieron rescatar de sus pertenencias.

Rocío Apolinar, otra ama de casa damnificada, muestra cómo el agua del río La Sabana la cubrió por más de tres metros y medio su hogar.

Junto con su esposo y sus dos hijos limpiaron su casa. Se queja de que no ha recibido ayuda de las autoridades y Sedesol no los apoyó con la tarjeta, pese a que perdió todo y ahora duermen en las colchonetas que se trajeron del albergue.

Esperan recuperación

Con mucho esfuerzo, los prestadores de servicios turísticos han invertido entre 5 mil y 10 mil pesos para reconstruir sus enramadas, destruidas por el fuerte oleaje.

“Todos nos estamos preparando, ya estamos listos para recibir al turista. Hemos capacitado al personal de la zona Diamante y Acapulco en general, ya estamos preparados para recibir a los turistas”, dice Sergio Mejía, presidente de la Asociación Playa Bonfil Diamante, A.C.

Luego de la tormenta, los fines de semana las ventas apenas han alcanzando entre 30% y 50%, “aún no se refleja el movimiento del turismo, pero tenemos la confianza de que a partir del 20 de diciembre el turismo llegue al puerto y se dé la derrama económica”.

El fin de semana, Sergio terminó de construir su enorme enramada a la orilla de la playa, prevé que las ventas serán buenas y lleguen hasta 90% en comparación con 2012.

Estima que la afluencia de turistas a playas del Acapulco Diamante es de todos los niveles socioeconómicos. En playa Bonfil el turismo es de un mejor poder adquisitivo, pues llegan a bordo de vehículos de lujo, y cada familia consume entre mil y 3 mil pesos. En contraste, señala el también es el comisario del poblado de Bonfil, en Revolcadero llegan con hieleras llenas de refrescos, cervezas y sus alimentos.

Destaca que las autoridades los apoyaron de inmediato con la limpieza en las playas.

La SCT reconstruyó en el poblado de Lomas de Chapultepec, un camino provisional, similar al que se edificó en el poblado de Coyuca de Benítez, luego de que el puente se colapso en su totalidad.

La zona Diamante de Acapulco, la más afectada por la tormenta, se recupera, se han hecho trabajos de limpieza y desazolve.

Mientras, la tienda Costco, que fue saqueada por pobladores, realiza aún trabajos de reparación y hasta 2014 será reabierta.

En playa Revolcadero, propietarios de restaurantes y locales de artesanías, siguen esperando su reconstrucción.

Momentos de desesperación

Santa Pineda, propietaria de la una mueblería, que se ubica a un costado del canal de aguas negras y que durante la lluvia por la tormenta tropical Manuel quedó enterrada en el lodo y el agua que subió dos metros, recordó que vivió momentos de desesperación al perder todo sus muebles y años de trabajo.

Ahora da gracias a Dios que poco a poco su negocio se reactiva y ya tiene sus clientes, aunque está endeudada con los proveedores.

Las pérdidas en el negocio de Santa ascienden a medio millón de pesos y sólo recibió un cheque del gobierno estatal de 25 mil pesos.