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Se agitan las aguas de la radio metropolitana

Julio Alejandro Quijano y Álex Madrigal| El Universal
Jueves 29 de abril de 2010
Locutores con altos ratings dejan estaciones para irse a otras o esperan ofertas para realizar sus proyectos

showbis@eluniversal.com.mx

Las aguas de la radio se mueven. Y como pocas veces en su historia, actualmente los comunicadores han dejado de depender de las radiodifusoras y acumulado el suficiente poder para moverse a su gusto por el cuadrante.

Es tan simple como lo describe el locutor Juan Ramón Sáenz:

“Si yo hubiera tenido el apoyo de mi antigua estación (Radio Fórmula) para evolucionar te aseguro que no me hubiera ido (a EXA Radio)”.

No es casual que en su renuncia a W Radio, Javier Poza exponga conceptos similares: “La forma en que manejaba mi programa ya no coincidía con la visión de la dirección de la estación y decidí cortar por lo sano”.

En el caso del comunicador Toño Esquinca, el cambio de lugar de trabajo, Mix 106.5 (ACIR), a Alfa 91.3 (Radio Centro) le permitió “superar las limitantes” que había encontrado en su anterior estación en donde, por cierto, le aceptaron la renuncia a la primera.

En otros tiempos estas renuncias hubieran significado, como acepta Juan Ramón, su “muerte” en la radio: “Hubiéramos tenido que dejar todo lo que habíamos construido, nos hubieran dicho: “Te vas pero no te llevas nada””.

No ha sido así ahora. Juan Ramón no sólo se llevó a EXA su concepto de programa de historias de terror, sino también a su público cautivo.

Con un nombre nuevo (ahora se llama Historias EXAlofriantes), sus radioescuchas le han cambiado de estación para seguir escuchándolo: “El público me ha seguido porque los fantasmas son los mismos en cualquier estación”, dice como broma el conductor.

Ya más en serio, explica: “Los comunicadores de hoy, para tener éxito, no debemos mencionar palabras al aire sino transmitir emociones. De esa manera nos convertimos en sus familiares y después de un tiempo se logra empatía”.

Esto también describe la situación de Toño Esquinca al mudarse a Alfa, estación que estaba en el lugar 11 de audiencia del valle de México y que ahora ya avanzó hasta el tercero, según datos de IBOPE citados por el propio Esquinca.

Y cuando el locutor Javier Poza renunció a W Radio, también mencionó la variante de la audiencia: “Los cambios son buenos y cada quien busca sus propios intereses, basados en el público, que para mí es lo que más me importa; siento un compromiso con mi auditorio, que siempre me demuestra su afecto”.

Sofía Sánchez Navarro, conocida como La Chofas, se fue de su tradicional espacio Huevos y después de crear sus tradiconales mermeladas en Digital 99.3, decidió darle un giro a su carrera para llegar a la frecuencia del 88.9 Noticias a un espacio informativo en el que recientemente cumplió un año.

La apuesta de su contratación es obvia: atraer la atención del público juvenil que la seguía en su anterior fasceta para que ahora escuchen las noticias.

Sus razones

Juan Ramón Sáenz llevaba 14 años al frente de La mano peluda. Javier Poza cumplía cuatro años al frente del único noticiero de espectáculos de W Radio.

Toño Esquinca estaba por cumplir tres lustros en Mix FM.

Sofía Sánchez Navarro ya tenía dos décadas como “la consejera estrella” de los jóvenes enamorados.

Parecían pues, encaminados a ser locutores institucionales de las estaciones que cobijaron el inicio de su carrera en el estilo, por ejemplo, de Adolfo Fernández Zepeda en Universal Stereo.

Pero han decidido que no. Toño Esquinca narra: “Mi contrato con Mix terminaba el día 31 de diciembre de 2009. Yo fui a presentar mi renuncia un mes antes y los ejecutivos me la aceptaron, me dijeron que sí muy fácil. Entonces yo pensé que quizá era el momento de cerrar mi capítulo en la radio”.

Esquinca se fue de vacaciones y estaba tranquilamente recostado en una playa cuando le habló Francisco Aguirre, concesionario de Radio Centro. Le propuso un contrato de 100 meses. Una semana después ya habían firmado.

Para el comunicador Javier Poza, la renuncia fue igual de tersa: “Fue una decisión profesional, siempre he creído que arrieros somos y en el camino andamos. La radio como los medios en general son un negocio y cuando hay negocios cada quien cuida sus intereses. Estuvimos platicando, tuvimos reuniones y con base en eso tomé la decisión de cortar por lo sano. Pese a no tener algún contrato de exclusividad, considero que Televisa es mi casa y siento un compromiso moral pero una cosa es Televisa, y otra tratar con las personas de la empresa, discutir puntos de vista, proyectos y ya no había coincidencias en este caso”.

La palabra negocio es redundante para estos comunicadores que de pronto, se dieron cuenta que los interesas de la empresa no coincidían con sus idealaes. Juan Ramón Sáenz señala: “Yo sé que no necesitaba irme para evolucionar pero simplemente no encontraba el apoyo para hacerlo; ni siquiera se trataba de un asunto de salario sino de promoción, de apoyo. Si no tienes eso, entonces te preguntas ¿qué hago aquí?”.

Con esa civilidad, Sáenz renunció a su programa de 14 años:

“Quedé en muy buenos términos con el señor Azcárraga (Rogerio, concesionario de Grupo Fórmula), respeto su forma de trabajar y hacer negocios pero yo buscaré ahora renacer”.

Casos duros

Las salidas no siempre fueron suaves. La de Carmen Aristegui es un caso atípico en el que la comunicadora tuvo confrontación franca con el medio (W Radio) luego de que en el mes de enero de 2008 Televisa y Grupo Prisa decidieran no renovar el contraro, según explicó la comunicadora: “Se me notificó el deseo de la empresa de no querer renovar el contrato, por lo que se abrió un espacio de discusión sobre la posibilidad de continuar. El modelo editorial que hemos practicado en W Radio es incompatible en todo caso con el modelo del noticiero, el modelo de dirección editorial que la propia empresa ha determinado”.

En opinión de sus radioescuchas, Carmen Aristégui fue una damnificada de la lucha electoral del año 2006, ya que su línea editorial permitía hacer crítica a los medios de comunicación, incluyendo Televisa justo en la época en que se discutió la Ley de Medios.

Un año después, reapareció en el cudrante con MVS en la estación 102.5 que por cierto, dejó de ser grupera para convertirse en espacio de noticias.

Carlos Loret de Mola ya antes había salido de W Radio por una “decisión estrictamente profesional y no económica” para irse a Radio Fórmula.

Y se llevó todo su proyecto, incluyendo a “El Duende preguntón” y también a “Brozo, el payaso tenebroso”.

Con sus respectivas peculiaridades, cada uno de estos casos demuestra que las aguas de la radio se mueven y que sus comunicadores son ahora capaces de navegar en ellas conservando su libertad y sin ahogarse en el intento.



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