¿Cuánto cuesta hacer una estrella de la música?
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Para grabar el disco debut, 400 mil dólares; para filmar los videos de los tres sencillos, 450 mil. Millón y medio de dólares de anticipo. Y lo más caro, 2 millones 300 mil dólares de publicidad y marketing. Resultado: Kasabian.
La cruda verdad es que para crear una estrella (de pop, rock o jazz) no basta con ser el mejor músico del mundo; lo que realmente se necesita es invertir en publicidad, pagar comerciales en televisión, anuncios estáticos, apariciones en radio, contratos con compañías de teléfono o marcas de electrodomésticos. Por no decir que la música es lo de menos, se puede asegurar que en este proceso la música es lo que menos cuesta.
La IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica) dedicó un año a la investigación de la industria de la música con entrevistas a músicos, productores y publicistas de todo el mundo. Las conclusiones se dieron a conocer en un documento en el que se desglosan los gastos que se deben hacer para crear una “súper estrella”.
Por supuesto, hasta entre los músicos hay niveles. Para crear un artista pop “normal” se necesita un millón de dólares. De cualquier forma, la publicidad es el gasto importante: 300 mil dólares. De hecho, las áreas de talento (la grabación del disco y de los videos) tienen costos similares pero el precio se dispara al referirse al anticipo y la promoción.
Un caso mexicano
Alex Enríquez es el mánager de Belanova, uno de los más recientes grupos pop con estatus de súper estrella. Enríquez habla de este proceso de creación: “Ser famoso no es fácil. Es una carrera larga y muchos artistas pierden el camino cuando llegan a lo más alto”.
Antes de que este trío electro-pop se convirtiera en uno de los proyectos más redituables de los últimos años para la compañía Universal Music México, formaba parte de un subsello afiliado a la transnacional, denominado Virus Records. Fue a través de éste que Belanova publicó su primer álbum, “Coktail” (2003), que logró vender 50 mil copias gracias al sencillo “Tus ojos”.
“Con Belanova pasó algo curioso, la gente conocía esta canción, y los encargados de talento en Universal quisieron firmarlos, aun cuando en la compañía había otros proyectos que en ese momento eran prioridad”, dice César Rosas, director de Marketing de la División Latino de Universal Music México.
Ya firmados con Universal Music México, Belanova grabó sus siguientes álbumes, Dulce beat (2005) y Fantasía pop (2007), bajo la producción del argentino Cachorro López, responsable de discos de figuras como Julieta Venegas.
Rosas comenta que hacer un disco en estudio de Belanova cuesta aproximadamente 60 mil dólares (poco más de 762 mil pesos), pero la cifra puede ascender a 80 mil (casi un millón de pesos) si el álbum es grabado en el extranjero.
Los primeros videos de Belanova costaron no más de 50 mil pesos, pero apenas el trío tuvo un estatus, las exigencias para promocionar su música fueron otras, porque, por ejemplo, los videos debían innovar. De ahí que el de la canción “Cada que” costó 30 mil dólares, mientras que el correspondiente a “One, two, three, go! (1, 2, 3, go!)" costó 35 mil dólares. Este último hizo que Belanova ganara un premio MTV Latino.
Fernando Hernández, director de Amprofon México y manager de José José en los años 80, dice que aún hay un riesgo que superar: “En México sólo uno de cada diez lanzamientos tiene éxito. En otros países la proporción es uno a cinco, pero aquí es diferente porque nuestro mercado ha perdido muchos puntos de venta y ha cambiado la dinámica en que se pueden mover los artistas nuevos”.
Eso significa que las disqueras mexicanas pierden nueve de cada diez millones de dólares que invierten en cantantes que fracasan en su carrera.
Aunque no hay recetas secretas, Ged Doherty, presidente de Sony Music en Gran Bretaña, narra el emblemático caso de Kasabian: “Cuando los firmamos, ellos sólo tenían una canción buena. No tenían baterista y ni mánager. Pero miré dentro de los ojos de Tom Meighan (vocalista) y en ese instante supe que era una estrella. Entonces les buscamos un gran baterista, dos mánageres y les dimos una persona para supervisar su gira y enseñarles cómo montar un concierto”. Le agregaron sus respectivos cuatro millones de dólares de publicidad y el resultado es el mejor grupo británico de 2009 en los Brit Awards.
El rock es más barato
El estudio de la IFPI también hace una distinción entre los precios de un artista pop y uno de rock. Ged Doherty habla de una diferencia de medio millón de dólares: “Colocar un artista pop en Gran Bretaña cuesta un millón y medio de dólares, mientras que uno de rock cuesta sólo un millón. Es que los artistas pop requieren de más dinero para gastar en videos y efectos visuales, mientras que los de rock sólo gastan en una gira y una edición limitada de canciones nuevas”.
El el jazz también se incluye en las cifras aunque por la naturalez de este género no se habla de “crear una estrella” sino de promoverla a nivel global.
Dickon Stainer, director de Decca records, dice: “Necesitamos un millón y medio de dólares para colocar un artista de jazz o clásico a nivel internacional”.
En suma, la industria de la música gasta 5 billones de dólares anuales en la creación de nuevos artistas que buscan triunfar a toda costa en un competido mercado musical.





