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Die Toten Hosen tocó para 200 privilegiados en el Instituto Goethe

Natalia Cano| El Universal
Lunes 23 de noviembre de 2009
En festivales de su natal Alemania han dado conciertos ante 80 mil personas; aquí es considerada una banda de culto

natalia.cano@eluniversal.com.mx

Para los integrantes del grupo alemán Die Toten Hosen no hay límites. La curiosidad de descubrir cada noche a un público nuevo los ha llevado, durante sus tres décadas de vida como banda, a actuar para 80 mil personas en un festival tan importante como Rock Am Ring (en su natal Alemania) o en el patio del Instituto Goethe (en la ciudad de México) para unas 200 personas.

En su país de origen, Die Toten Hosen es el grupo de rock más importante. Con 27 años de carrera, el quinteto originario de Düsseldorf ha publicado 14 álbumes en estudio, y vendido 23 millones de discos tan sólo en su país natal.

El guitarrista Michael Breitkopf Breiti afirma que para él resulta emocionante enfrentarse diariamente a un lugar nuevo, porque ello implica conocer nueva gente, otra cultura, probar comidas y vivir en carne propia las diversas formas en las que los fans reciben su música.

“En 1992 nos presentamos en Argentina, y por cualquier razón, la gente ya conocía nuestra música y desde entonces tocamos frecuentemente ahí y en otros lugares de América Latina.

“La primera vez que vinimos a México fue hace 11 años. Tocamos tres noches en un club de Paseo de la Reforma, en un festival y también en una escuela de arte”, recuerda Breitkopf, en entrevista previa al concierto que ofrecieron el sábado en el Instituto Goethe.

“El desafío para nosotros es que cada día nos enfrentamos a otro clima, a otra cultura, así es que nunca sabes qué pasará, como hoy, es todo improvisado porque no podremos tocar en el club en el que originalmente estaríamos (en el Salón Tijuana), nunca sabemos si el público nos conoce, ni cómo reaccionará, pero esas ganas de conocer algo nuevo nos ha mantenido juntos durante 27 años”, considera el músico.

El guitarrista explica que el día que él y sus compañeros de grupo no sientan la misma emoción de subir al escenario, “como si fuera la primera vez”, entonces la mejor decisión será retirarse.

“Creo que esa adrenalina que nos provoca subirnos a un escenario es la clave del por qué seguimos activos, es algo que nunca nos parecerá aburrido, viajar, tocar en la noche, conocer otras bandas. Parece que se vuelve una adicción conocer siempre a un público nuevo”, dice Breiti entre risas.

Considerada en el país como “una banda de culto”, la agrupación también integrada por Campino, Andi, Vom Ritchie y Kuddel llegó a México el fin de semana pasado, en el marco de su gira por América Latina, y en plena promoción de su disco “La hermandad: En el principio fue ruido”.

Se trata de un disco compilatorio editado en América Latina, que contiene canciones de sus dos discos en estudio más recientes “Zurück zum Glück” y “In aller stille”, y que incluye un cover de la canción “1, 2, 3, ultraviolento”, original de la banda argentina Los Violadores.

“La canción está basada en La naranja mecánica’ (la novela de Anthony Burgess llevada también al cine por Stanley Kubrick), y nos gusta tanto que la grabamos en este disco”.

Otra razón para incluirla fue la admiración mutua: “Los Violadores son un grupo con el que tenemos una amistad muy estrecha, y fue una especie de tributo para ellos”, comenta.

 



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