El patriarca de Zara
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El empresario español Amancio Ortega Gaona es un hombre sencillo, que apenas posee un avión que lo traslada de un lugar a otro, un campo hípico ubicado en La Coruña y la presidencia Zara, una de las compañías textiles más importantes del mundo.
En 2007 la revista Forbes lo colocó en el octavo sitio del listado de los hombres más ricos del planeta, gracias a una fortuna calculada en 18 mil 300 millones de dólares.
Su riqueza también lo coloca entre los grandes millonarios europeos, honor que comparte con el sueco Ingvar Kamprad, dueño de la empresa mueblera Ikea y con el francés Bernard Arnault, presidente de la sociedad de artículos de lujo LVMH.
A sus 73 años, Amancio, que regularmente viste de camisa oxford, pantalón gris y zapatos castellanos, lleva una vida común como un hombre de muchos conocidos y pocos amigos, en contradicción con la ostentación y las excentricidades.
Vive con su segunda mujer, Flora Pérez Marcote -que fuera su secretaria durante algunos años- y con su hija Marta, en el barrio de Zalaeta, cercano a la playa del Orzán, en La Coruña, Galicia.
No le gusta llevar guardaespaldas. Se lo puede ver paseando sin seguridad, puesto que el anonimato es su máximo anhelo y, como es de prever en esta coyuntura, no concede entrevistas, prácticamente no asiste a los actos oficiales y es muy difícil que se deje fotografiar.
De hecho, durante muchos años su rostro era uno de los secretos mejor guardados del panorama empresarial español. Su primera fotografía apareció en 1999 en las páginas de la primera memoria oficial de su empresa Inditex.
Hijo de un empleado ferroviario, Amancio nació en Busdongo de Arbas, León, el 28 de marzo de 1936 y pasó su infancia en La Coruña.
Con catorce años cumplidos, empezó a trabajar como repartidor de Gala, una de las camiserías más célebres de la ciudad.
Cada mañana, el joven Amancio se subía a su bicicleta y llevaba los encargos a sus clientes. A veces a la mansión del conde de Fenosa y otras a la residencia que ocupaba Franco en la zona.
Poco después, fue contratado en la famosa mercería La Maja, donde ya estaban trabajando sus hermanos mayores, Antonio y Pepita. Ahí conoció a la joven aprendiz de modista Rosalía Mera Goyenenchea, quien se convertiría en su primera esposa y con quien tiene dos hijos, Sandra y Marcos.
La Maja, además de proporcionarle a Ortega los conocimientos básicos sobre tejidos, hilos y cortes, le otorgó la inspiración para su primer negocio: las batas guateadas para señora.
Se le ocurrió que podrían resultar más baratas si las fabricaba, distribuía y vendía directamente. Desde entonces, su visión empresarial ha consistido en ofrecer moda a bajo precio.
Invirtió muchas horas trabajo en un pequeño departamento que le servía de improvisado taller.
A través del método de ensayo y error, probó con toda clase de cuellos y colores hasta que consiguió los modelos adecuados. Este fue el primer paso para formar su propia empresa.
En 1963, con ayuda de un modesto préstamo bancario, por fin logró abrir Confecciones GOA, que son sus iniciales en sentido contrario.
En 1975 se inauguró la primera tienda Zara en la calle Torreiro, en La Coruña. Trabajaban con él sus hermanos, Antonio y Pepita, además de Rosalía, quien ya era su esposa.
En pocos años, Zara se convirtió en un fenómeno empresarial, con escasos precedentes en España.
En 1985 se creó Industrias del Diseño Textil, Inditex, compañía matriz que controla desde entonces las actividades de Zara.
La empresa se diversificó con la creación de las firmas Pull&Bear, Bershka y Oysho, así como con la adquisición de la firma Massimo Dutti (1995).
El secreto de las empresas textiles de Amancio es su famosa programación Just in Time, que le permite colocar la ropa de temporada en los puntos de venta en tan sólo dos semanas.
Gran amante de los caballos, posee un hipódromo en las proximidades de La Coruña. Además, una embarcación y una colección de pinturas.
Junto con su ex esposa, mantiene desde 1986 la Fundación Paideia que tiene el objetivo de promover la integración social y laboral de las personas discapacitadas.Esta fundación surgió porque Marcos, el único hijo varón de Amancio, nació con una severa discapacidad.





