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Lady Gaga es realmente una criatura extraña

El Universal
Jueves 25 de junio de 2009
Del convento a las fiestas cocainómanas de Nueva York: así nació la estrella pop

NUEVA YORK (AP).— Lady Gaga se sorprende de que algunas personas no la entiendan. “(Los periodistas) me dejan perpleja tan a menudo. A veces me dicen, ‘¿Entonces, de qué se trata todo esto?... ¿Cómo luces cuando te marchas a casa? ¿Te vistes así todo el tiempo?’ ¡Es grosero! No es bonito”, lamenta la cantante de “Poker face”.

Las preguntas no serán corteses, pero son comprensibles para una mujer que llega a un sencillo desayuno-entrevista en el restaurante casi vacío de un hotel con el rostro cargado de maquillaje, dos pares de pestañas postizas, un traje transparente estratégicamente escotado para mostrar su sostén de seda, zapatos altos de plataforma y su ahora característico moño en la cabeza.

Resulta difícil imaginar que pueda mantener tal acto cuando los reflectores se apagan, pero ese es el tipo de pensamiento que la cantante intenta disipar. Habrá nacido como Stefani Germanotta, pero Lady Gaga insiste en que el suyo no es un acto temporal.

“Mi realización de Gaga fue hace cinco años, pero Gaga siempre ha sido quien soy”, dice la artista de 23 años con una voz suave, de niña.

“Me disgusta que la gente me llame Stefani, porque si no me conocen, siento que es su modo de actuar como si lo hicieran... están ignorando mi existencia creativa”, dice antes de agregar con timidez: “(Lady Gaga) es quien soy. Mi cabellera y yo nos vamos juntas a la cama”.

Es ese tipo de filosofía pop lo que ha ayudado a hacer de la música de Gaga la última sensación, con todas las confusiones que provoca. Mientras su álbum debut The Fame superó la marca de platino gracias al punzante ritmo disco de canciones como “Poker face” y “Just dance”, Gaga ha capturado la imaginación de millones —y dejado a igual número confundido— con sus atuendos futuristas, sus escandalosos Gaga-ísmos (el reciente: la sugerencia de una relación de a cuatro con los muy higiénicos Jonas Brothers) y sus llamativos espectáculos en vivo, actuaciones tan artísticas como musicales (comienza una gira con Kanye West en octubre).

“Ella ofrece un grado de misterio bastante raro entre las estrellas pop de los últimos años”, dice Brian Hiatt, un editor de Rolling Stone que la entrevistó para la revista. “Es un personaje curiosamente extraño”, agrega.

“Soy el tipo de persona rara en general”, explica Lady. “Realmente no me gusta pasar el tiempo con celebridades y no encajo en ese mundo, soy bastante reservada. Así que de algún modo, incluso dentro del nuevo grupo de chicos de moda y el mundo de la música pop, sigo siendo la chica rara, pero me gusta”.

Sus fans conocen su historia: una niña prodigio del piano, Gaga creció en el Upper West Side de Manhattan, acudió a la escuela privada Convento del Sagrado Corazón y pasó los primeros años de su adolescencia cantando en cabarets.

Estudió en la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York antes de retirarse para seguir sus sueños en la industria musical, pero lo más fascinante es lo que se ha descrito como el periodo decisivo en su vida: una época en la que se sumergió en un laberinto de sexo y drogas en las fiestas de Nueva York.

Admiradora de Andy Warhol y el estilo de vida de Studio 54, su investigación de campo incluyó cocaína, experimentación sexual y otros actos escandalosos.

Aunque no se avergüenza, le disgusta que la prensa haga tanta bomba de ella, especialmente de su uso de drogas.

“Pienso que es un mensaje terrible para los jóvenes que uno deba arruinar su vida con el fin de hacer música, porque no creo que uno tenga que hacerlo”, señala Gaga. “Simplemente es el modo en que mi cerebro y mi corazón y mi obsesión por el amor y el arte funcionaron en ese momento”, pero aunque profesa su amor por el arte, al describir su plan para el éxito suena tan estratégica como un ejecutivo veterano de la industria.

“Fui a la escuela de arte, estudie la cultura pop, sé todo sobre música e iconografía, pop, cultural y religiosa”, dice. “Soy una autofabricación... (Lo veo) no como veneno o vulgaridad, sino como algo muy culto, y fabricarme a mí misma para ser una visionaria poderosa y decir algo que realmente le llegue a la gente”, comentó convencida.



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