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La artista de los muertos

Sonia Sierra| El Universal
Sábado 06 de junio de 2009
Mi obra es un chiste comparado con lo real. No me interesa ver quién es el malo de la historia, sino saber dónde estamos parados”, dijo Teresa Margolles en 2007, cuando llevó su propuesta Decálogo, al Museo El Eco

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Mi obra es un chiste comparado con lo real. No me interesa ver quién es el malo de la historia, sino saber dónde estamos parados”, dijo Teresa Margolles en 2007, cuando llevó su propuesta Decálogo, al Museo El Eco.

Durante dos décadas, ha trasladado el tema de la muerte a su obra artística, convencida de que esa realidad que se ve en los periódicos debe entrar a los museos. En 2007, al presentarse en el Museo de Brooklyn, en Nueva York, declaró: “La forma de morir determina lo que sucede en una ciudad”.

En esa misma ciudad había estado varios años antes con una obra que contenía vapor nebuloso, producto del agua que se utiliza para lavar muertos. Tras recorrerla, la escritora Susan Sontag aseguró: “Toqué la muerte”.

De la morgue, como su primer espacio de trabajo y el lugar donde desarrolló su propuesta con el grupo Semefo, la artista Teresa Margolles ha enfocado su obra hacia lo que pasa en la sociedad, las muertes por el narcotráfico o las de los seres anónimos que fallecen en las calles.

“No es correcto decir que Teresa trabaja con la muerte. Ella trabaja con el cadáver o el momento de la muerte. Le interesa el proceso de descomposición de los cadáveres, y cómo la vida va cambiando en el cadáver. Tiene un marco conceptual muy claro y ha alcanzado una sutileza poética en torno del tema muy particular, una abstracción de todos estos elementos post morten”, aclara la artista Laura García.

Provocación, riesgo, humor negro, mordacidad, son términos que críticos, artistas y amigos atribuyen a la obra de Teresa Margolles, artista visual que representa a México en la 53 Bienal de Venecia, que hoy se inaugura.

García cuenta que en una ocasión en que estaba en Tijuana e iba acompañada por una fotógrafa, Margolles se cayó de un primer piso; tras el accidente, en lugar de pedirle a su compañera que llamara un médico, le dijo: “ven a tomarme fotos”.

El performancero Pancho López recuerda una vez que se encontraron afuera del pasaje Catedral, en el Centro Histórico: “Estaba mirando cosas religiosas, con su bolsa de Zara, vestida toda de negro. La saludé, le dije qué haces, y me contó que estaba buscando una cajita como de Biblia. ¿Para qué?, le pregunté. Y me dijo para guardar la cabeza de mi perro que se murió, quiero conservar la cabeza disecada y el tamaño de las cajas de biblia, es perfecto. Traía en la bolsa la cabeza”.

García conoció a Margolles cuando ésta vendía libros afuera de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. La artista estudió Ciencias de la Comunicación y ha hecho fotografías, videos, instalaciones, arte sonoro y performances en los cuales aparece el cuerpo como materia que se transforma o las huellas que se generan en medio de este proceso, al tiempo que se basa en otros registros acerca de la muerte, por ejemplo lo que los periódicos escriben en torno de las “narcoejecuciones”.

Hay ejemplos muy diversos de su obra, aunque todos en últimas están sellados por el mismo tema: en el Museo de Arte Moderno de Francfort exhibió la instalación En el aire 2003, en la cual produjo burbujas de jabón hechas con agua usada para lavar los cuerpos en la morgue.

Para la muestra Decálogo, que exhibió en El Eco, escribió en la pared 10 sentencias de muerte y exhibió dos brazaletes y un medallón que sólo se distinguían de los que traerían los narcos porque los suyos, en lugar de diamantes, tenían pedazos de vidrio que recogió en escenas del crimen. Entonces dijo: “Yo pongo lo que pienso y que la gente piense lo que quiera, yo no condiciono, esto es lo que estoy viendo de la realidad y lo cuento”.

En opinión de Pancho López, Teresa Margolles, a pesar de trabajar con todo lo relacionado a la muerte, tiene un cuento muy vivo: “Es una chava, desde mi punto de vista, que parece ser antisocial, porque es bastante reservada, pero si te acercas a ella es divertidísima. Es desconcertante, pero con una lógica propia muy particular”.

¿De qué otra cosa podríamos hablar? —la obra de Margolles para Venecia, propuesta por el curador Cuauhtémoc Medina—, recoge trabajos de la artista creados en los últimos tres años. Recientemente, Medina explicó que con esta obra reciente, Margolles aborda las consecuencias de algo más difícil de percibir: la información p riodística sobre la violencia. “Está hablando del mundo en el que en este momento, de una u otra manera, por efectos de lo que llaman el crimen organizado, guerra del narcotráfico o violencia de género y de clase, hay una generación entera, sobre todo en el norte del país, que está muriendo”.

Como ejemplo del método de trabajo de Margolles, García cuenta que el día en que se derribó el helicóptero donde viajaba el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, entre otras personas, Margolles fue a la zona del accidente a recoger restos de vidrios con una sábana.

 

 



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