El dinero no le ha resuelto la vida
julio.quijano@eluniversal.com.mx
El dinero nunca te resuelve la vida. Lo dice alguien que un día ganó seis millones de pesos. Y que en cambio, se siente profundamente dolido cada vez que recuerda el día en que Saúl Hernández menospreció a La academia y a todos los cantantes que han surgido de este reality.
—Además del dinero ¿cuál es la diferencia entre el Yahir que cobraba dos dólares la canción en bares de Tijuana con el de ahora?
—Hay muchas diferencias, no sólo por la cuestión del dinero, en la que efectivamente ahora ya no cobro dos dólares por canción, pero hay otro tipo de satisfacciones como el hecho de que puedo cantar en el Auditorio Nacional.
—¿Cuánto costará ahora una canción de Yahir?
—Más cara... yo creo que ahora no costarían dos dólares, sino unos tres o cuatro, ja, ja.
—¿Cómo se llamaba la cantina donde trabajaste por primera vez?
—La Chuza Bar
—¿Qué hiciste con el primer sueldo que ganaste en La Chuza Bar?
—Tomármelo.
¿Todo?
—Sí, pues era poquito dinero.
—A propósito de dinero ¿para qué alcanzan 6 millones de pesos?
—Para comprarte algunas propiedades, apoyar a tu familia, viajar, ahorrar, pagar una buena escuela a tu hijo. Yo le compré una casa a mi hijo Tristán y una a mi mamá.
—¿Seis millones te resuelven la vida o es tan sólo vanidad?
—El dinero nunca te resuelve la vida. Puedes tener mucho dinero pero estar solo, esa situación me tocó vivirla. Es un poco fuerte tener mucho dinero y estar solo. Lo que importa es lo que quieres hacer, estar donde quieres, tener a la mujer que quieres.
—¿Ya le enseñaste la canción “Mi ranchito” a Tristán?
—Hace tres años e incluso la grabó.
—¿Tristán tiene discos de Yahir?
—Sí... más le vale tenerlos todos. Ahora los jóvenes han cambiado, Tristán escucha Queen, Guns’n Roses, pero de mis discos le gustan algunas canciones.
—¿Cuándo fue la última vez que alguien dudó de tu talento?
—Lo vivo todos los días con gente que dice: “Ah, es de La academia y te hacen a un lado. Pero lo que más me dolió fue una vez que Saúl Hernández (que es una persona a quien admiro) comentó que los talentos de La academia no habían sufrido y que la onda del éxito les llegaba sin esfuerzo. La verdad es que nosotros hemos batallado mucho con muchos demos.
—¿Qué piensas cuando escuchas a Yahir en la radio?
—Que la voz me gusta mucho más que antes y que le hemos atinado con buenas canciones. Sé que mucha gente me escucha pero que otros mejor le cambian de estación. Pero yo me acuerdo que en mi primer disco lo único que hice fue poner la voz, yo no escogí un tema, no escogí la portada, nada; me hubiera gustado tener la fuerza para decir quiero esto o no me gusta esto.
—¿Cuál es la mayor enseñanza que has recibido de Dora Parra?
—Mi madre es una buena mujer, siempre ha visto por sus hijos, es muy alegre y es la primera que se para a bailar en las bodas, todo el tiempo habla de amor y además es testigo de Jehová
—¿Tienes problemas con ella por el hecho de que tú usas rosarios?
—Nunca. Ella respeta mis creencias. El primer rosario que usé en La academia me lo había regalado una novia, luego usé otro en “Desafío de estrellas” que también me lo regaló otra novia
—¿El que traes ahora te lo regaló otra novia?
Sí, una novia que se llama Arón Díaz, ja, ja.
—¿Qué piensa tu abuelo de que hoy eres famoso?
—Hablamos por teléfono y lo primero que hacemos es cantar y cantar y cantar
—Pero ya no cantan “Mi ranchito” ¿o sí?
—No, ya cantamos otras. Le gusta mucho la de Alejandro Fernández “Como quien pierde un estrella” y otras de Vicente, es curioso porque nunca las terminamos, siempre se nos olvida alguna parte de la letra.
Yahir Othón Parra nace el 21 de marzo de 1979 en Hermosillo, Sonora. A los siete años, su abuelo le enseñó su primera canción
Su primera presentación en público fue en una cantina en un pueblo de Sonora.