CINECRÍTICA
?El tercer milagro?

. (Foto: ARCHIVO/El Universal )
La cineasta polaca Agnieska Holland (1948), egresada de la prestigiada Famu de Praga, comenzó como guionista y asistente de Andrzej Wajda (El hombre de mármol , 77 y más tarde Danton 81), dirigió teatro y televisión antes de debutar como realizadora en 1980 con Actores de provincia (80) una obra un poco pesada sobre el teatro que le sirve de metáfora de la situación polaca, alcanzando éxito en su país y en todos lados donde se exhibió. Luego inicia su carrera internacional al tiempo que asume las luchas polacas por parte del movimiento Solidaridad y el patanesco Wallesa. Complot contra la libertad (88) aborda el asesinato (real) de un cura polaco por la policía y por razones políticas, hecha en Alemania y Francia con dinero estadounidense, luego la muy polémica Europa Europa (90) con producción franco-germana y enseguida Olivier, Olivier (92), también franco-germana y sobre la sobrevivencia de un joven judío durante la guerra. Esta es su mejor película junto con la siguiente El jardín secreto (93), realizada en Inglaterra pero con producción estadounidense. Ambas son obras muy sutiles, sorprendentes en una cineasta elefanteásica. Pero ni siquiera de estos puede acusarse a Eclipse en el corazón (96), sobre las ?escandalosas relaciones? de Verlaine y Rimbaud, que es simplemente ridícula y grotesca (Rimbaud es nada menos que el bonito Leonardo Di Caprio), no obstante el guión de Christopher Hampton. Holland puede filmar hoy en cualquier parte salvo en Polonia. Pero no es por censura: por las recetas neoliberales no hay dinero para hacer sus ambiciosos filmes. Su nueva cinta es hollywoodiana y fue producida por Francis Ford Coppola, que ya lo había hecho con El jardín secreto . De nuevo es un suceso real (como el de Complot contra la libertad ), ocurrido a finales de la década de los 70 en Chicago. La Holland había trabajado ya con dinero de Hollywood pero es la primera vez que hace una película eminentemente norteamericana, aunque tiene que ver con su origen católico (no en balde es polaca) pues se trata de la religión católica, la iglesia, el fervor popular, los milagros, la fe, etcétera. La acción comienza en Eslovaquia, en lo que era la hoy dividida Checoeslovaquia, ocupada por el ejército nazi. Es 1944 y la guerra ha tomado un cariz aliado. En un poblado de esta región (hoy país) ocurre un bombardeo de la aviación estadounidense contra la guarnición nazi allí establecida, una niña regresa a su casa para rescatar la estatuilla de una virgen, al salir corriendo se da cuenta que los aviones están sobre su cabeza para atacar al ejército nazi que intenta evacuar el lugar. Las bombas caen, la niña se hinca y reza, elevando la estatua. De pronto, el primer milagro, el bombardeo cesa porque las bombas se convierten en palomas, los soldados alemanes, sobre todo un joven herido, son testigos del inexplicable hecho. En 1979 en Chicago, el sacerdote, de hecho retirado Frank Shore (Ed Harris) y en crisis de fe, que vive y se alimenta en un albergue para los ?sin casa?, es localizado por un compañero cura (Ken James) que lo reintegra al obispado quien le pide hacerse cargo de una investigación: la posible santidad de Helen Regan (Bárara Sukowa), la antigua niña eslovaca del milagro durante el bombardeo, la cual vivió para hacer el bien y provoca las lágrimas de sangre de la estatua de la virgen (esta vez en tamaño natural), lo que ha despertado la devoción del vecindario, por órdenes superiores el caso debe ser investigado. Ciertamente Shore es un descreído, su fe flaquea a la menor provocación, bebe mucho (¡y bourbon!), pero es la persona adecuada, es inteligente, muy bien preparado y muy riguroso en cuestiones de fe, no en balde es llamado, ?el asesino de milagros?, es capaz de descubrir siempre la trampa y la superchería en los milagros supuestos. Conforme avanza la investigación las cosas se vuelven más difíciles y complejas para él. Se enfrenta a un verdadero especialista que viene del mismísimo Vaticano, el arzobispo austriaco Werner (Armin Mueller Stahl), un hombre duro, pedante, perdonavidas, lleno de aires de superioridad, desprecia al bajo clero y además detesta a Estados unidos. Si Frank Shore es un ?asesino de milagros?, Werner es un verdugo implacable. La fama y las actitudes de Shore no lo ayudan mucho y por si fuera poco se enamora de la hija de la candidata a santa, Roxanne Regan (Anne Heche), que no es indiferente pero odia a su madre muerta (y a la religión) porque la abandonó, la dejó sola cuando más ma necesitaba. Ante las dificultades que se presentan, Shore bebe, se confiesa ebrio, lucha contra Werner, y en una vuelta de tuerca descubre quien es el testigo que va a lograr lo que está buscando y que no es otro que su duro contendiente. La película de la machetera Agnieska Holland es como una demostración al que duda. Al luchar y lograr la santificación de Helen Regan (en realidad una niña gitana que se esconde de la persecución nazi y más tarde una mujer sin identidad en el mundo pero elegida allá arriba), el conflictivo Frank Shore se redime, coo lo hace Roxanne que supera los rencores contra su madre, está casada con un hombre sion compromisos, tiene un bebé y puede encontrar a Frank sin resentimiento ni segundos pensamientos. Además Frank, que evidentemente regresa al seno de su S.M. Iglesia, ha comprendido muchas cosas que su sed de absoluto le impedía. Ahora comprende perfectamente bien a María Witkowski (Katherina Scorsone) cuando le preguntaba ¿Por qué le estás rezando a Helen y no a Dios? Porque ella me ayudó, Dios no". Los grandes milagros de la santa no son que la estatua sacra llore lágrimas de sangre, sino el que convierte las bombas en palomas, saca a la joven Witkowsky de la muerte y regresa al cura descreído al buen camino. Otro milagro es que el filme no tenga el tipo de mochería de, por ejemplo, el cine "religioso" Español de la era franquista, sino una mucho más sutil y además haga de la tradicional mano (y pata) pesada de la señora Holland, que otra vez se muestre capaz de fineza (por ejemplo no hay efectos que conviertan las bombas en palomas, es más bien un recuerdo narrado) y cierta ambigüedad (las elipsis en la secuencia amorosa del cura en busca de fe y la hija de la santa amargada) ¡Holland se redime fílmicamente hablando? Cines: Altavista, Cuicuilco, WTC, Insurgentes, P. Chino, Diana P- Coapa, Tláhuac, Cinemark C, Pericoapa, C. Polanco, C. Duraznos, P. Satélite y 18 más.





