Natalia Jiménez se hincó y prácticamente cedió el micrófono al público, para que éste coreara la canción "Perdición".

La cantante de La Quinta Estación había intentado contener el llanto por varios minutos, pero la emoción le ganó, y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras disfrutaba del calor que las cerca de 10 mil personas, reunidas en el Auditorio Nacional, le ofrecieron el viernes.

"Nuestro mánager dice que soy muy folclórica, porque me pongo a llorar cuando subo al escenario... ¡pero es que como México no hay dos!", expresó la intérprete luego de confesar que esa, su primera vez en el Coloso de Reforma, los hacía sentir a ella y a sus compañeros (Ángel Reyero y el bajista Pablo Domínguez), muy nerviosos.

Y Natalia tenía razón, pues hace un par de años habían desfilado por el escenario del teatro Metropólitan, y ahora estaban triplicándolo.

"Estamos desquiciados, muy nerviosos, porque esta noche nos están bautizando... me está costando un montón ver a tanta gente, ¡y eso que los chilangos nos quieren de verdad!", fue otra expresión de la bella pelirroja a sus admiradores.

El repertorio de la noche comenzó con "Tu peor enemigo", para pasar por temas como "El amor no duele", "Cosas de dos" y "Así eres", de su tercer álbum, El mundo se equivoca.

Luego, Natalia vivió su parte catártica cuando recordó que "Qué fui para ti" la escribió hace tiempo para una persona en España, la misma a la que le canta "Algo más", y cuyo nombre es Federico.

Como es costumbre en La Quinta Estación cuando ofrece un recital en vivo, su espectáculo se caracterizó por ser dinámico, potente y con coqueteos de rock.

Después de interpretar "La frase tonta de la semana", "Flores de alquiler", "Niña", "Sueños rotos" y "Para no decirte adiós", el trío invitó al escenario a los mariachis para ejecutar "Daría".

"¿Quién de ustedes trajo la máscara del Místico?", preguntó Jiménez. Precisamente, dicho luchador participó en el video de "Me muero", uno de los temas del concierto.

Con "El sol no regresa" y "Dónde irán" concluyó la actuación de La Quinta Estación, en medio de una tremenda ovación.