Christina Aguilera, se descubre la mujer
En todo lo que hace, al menos en los últimos cinco años, Christina Aguilera muestra una actitud de escape. El primer signo visible son sus constantes cambios de imagen, después, las atrevidas maneras de promover su trabajo y exorcizar con la música todos sus demonios. Junto a Pink, se ha colocado en el ala más extrovertida y audaz del pop estadounidense. En sesiones de fotos ha aparecido vestida como un ángel y en la página siguiente como diablo. A veces hace señas obscenas, juguetea con una perversa inocencia, suele aparentar la imagen de una mujer sin prejuicios y después de su matrimonio el año pasado, se convirtió en una rubia que imita al icono estadounidense por excelencia, Marilyn Monroe, y a la vez se presenta como una mujer liberal con aire retro, esa es su idea para acompañar el disco Back to basics, cuyo primer sencillo, "Ain´t no other man", está dedicado a su esposo Jordan Bratman. Se le ha visto con el cabello rubio, castaño, negro, rojo, rizado, con sombreros y enfundada en provocativa lencería -su vestuario favorito-, una imagen que contrasta con la naturalidad de una niña estadounidense típica, con aparatos dentales o el pelo recogido en dos "colitas", como en los 90 cuando era Mousketeer del programa El nuevo show de Mickey Mouse. Tras la salida de su primer disco, en 1999, la cantante de origen ecuatoriano inició sus actos escapistas. Acepta que desde su infancia tuvo un pensamiento: "Un día voy a salir de aquí y me volveré famosa", se repetía mientras escuchaba cómo su padre, un militar llamado Fausto Aguilera, maltrataba a su madre, Shelly Loraine Fidler. Después de vender más de 10 millones de copias de su álbum debut, mantuvo una polémica con el rapero Eminem, quien la acusó en el tema "The real Slim Shady" de sostener sexo "indecente" con Fred Durst (Limp Bizkit). Abordar el tema de los cabarets gracias al tema "Lady Marmalade", que cantó junto a Pink, Lil´Kim, Mya y Missy Elliot para el soundtrack de Moulin Rouge, le permitió salir al escenario en lencería y mostrar su lado sucio. El punto culminante fue su actuación en los MTV Video Music Awards junto a Britney Spears y Madonna, a quien besó. En su casa de Los Ángeles, Aguilera tiene colgados cuadros de Andy Warhol y Jean Michael Basquiat. Un contraste para su vida disipada que incluye escándalos en restaurantes, fiestas interminables y días lentos en el estudio de grabación, que solía cerrar para llevar a cabo festejos desenfrenados. Pero tras esa Christina agresiva, hay una filosofía sorprendente. En entrevista expresó sus intenciones de ser reconocida como artista. "Me identifico con (Vincent) Van Gogh, que nunca pudo vender un cuadro para sobrevivir, lo mismo sucedió con Basquiat. Si eso debe ser un verdadero artista, estoy preparada para sufrir", advirtió. Para despojarse de su imagen inmadura y dar el salto definitivo a su etapa adulta, se casó a finales de 2005 con el empresario Jordan Bratman, quien le pidió quitarse sus piercings y vestir de manera conservadora, pero antes de lanzar su nuevo disco, Christina posó desnuda para una revista y subrayó que todavía no ha enseñado todas sus armas para revitalizar su carrera.





