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Peluffo, entre el desnudo y el cine religioso

El Universal
Lunes 10 de julio de 2006
Ana Luisa Peluffo acepta que posar sin ropa para la película ´La Diana Cazadora´ la convirtió en pionera de los escándalos en la década de los 50

"Sí, sí fui pionera de los escándalos", afirma Ana Luisa Peluffo, aunque está consciente de que no debe vanagloriarse por ello.

La actriz, quien tiene bien arraigados sus principios religiosos, ya que su abuelo "fue defensor del clero", trabajó inclusive para una de las instituciones eclesiásticas de mayor poder y trascendencia en el mundo, el Opus Dei, corporación religiosa fundada en Madrid en 1928 por el padre José María Escrivá de Balaguer.

Ciertamente, asevera la Peluffo, "fueron ellos (el Opus Dei) quienes me llamaron. Yo tenía antecedentes religiosos desde mi infancia al estudiar la primaria con las monjas Teresianas y posteriormente en Querétaro en el colegio de monjas inglesas, pero a estas alturas de mi vida sigo sin entender por qué me escogieron para participar en la producción de "cine cristiano".

Entre los filmes financiados por el instituto católico y que la artista mexicana hizo en Italia, se contaron Las esclavas de Cartago y Saranno uomini , "en esta última alterné con el hispano Francisco Rabal, también llevado a Italia por el Opus Dei, y la italiana Silvana Pampanini".

Recuerda que su viaje a Europa fue muy apresurado, "tuve que salir terminando La Diana Cazadora. La última escena la rodamos a las cuatro de la mañana, tiempo justo para dormir un poco, hacer maletas y volar a Roma a las 11 de la mañana".

Paradoja de la vida

Ana Luisa explica que la contratación "no fue directamente por el Opus Dei, sino por los productores de las ´películas cristianas´...".

Descarta que por su desnudo total en La Diana Cazadora haya sido llamada por el instituto creado por Escrivá de Balaguer como una expiación por su debilidad.

"Creo que fue coincidencia, es más, pienso que el desnudo en la cinta de Tito Davison y de inmediato trabajar en el ´cine cristiano´ fue una paradoja de la vida."

Hay que recordar que el Opus Dei, creado para "ayudar a la perfección cristiana de sus miembros", es meollo de la novela El Código Da Vinci, trasladada más tarde a la pantalla cinematográfica.

Ana Luisa Peluffo piensa que fue investigada para conocer sus principios cristianos y elegirla para laborar en Roma. Basa su apreciación por lo ocurrido al casarse en Brasil con un rico industrial sudamericano. "Lo conocí en un viaje en compañía de mi madre y mi padrastro, del que tomé el apellido Peluffo. Fue mi primer esposo. Nuestra boda fue oficiada por el cardenal de Sao Paulo, Brasil. Siempre he estado muy ligada a mi religión".

Para que el cardenal brasileño bendijera el enlace religioso "fue necesario, pienso, que el jerarca de la Iglesia católica brasileña mandara investigar".

"De no haberle gustado las respuestas, no hubiera presidido la ceremonia de mi boda. Insisto, formo parte de una familia católica encabezada por mi abuelo. El cardenal brasileño no casaba a cualquiera, ya que supimos entonces que recién se había negado a casar a la hija del gobernador de aquel estado."

Antes de darle vuelta al tema, advierte que sus principios religiosos "no limitan mi criterio, pero eso sí, cada quien sus creencias".

´Miss Escándalo´

Ana Luisa se casó en tres ocasiones, siendo su segundo esposo el padre de su único hijo; el tercer marido fue el rico empresario mexicano Carlos Herro. Todos han muerto.

"Una amiga mía me decía con humor: ´Los has matado a todos´. Claro que no fue así, a cada quien le toca su momento."

Su primer cónyuge se molestó cuando Ana Luisa fue invitada por Mario Moreno Cantinflas a entrar al cine, "nos divorciamos y más tarde me volví a casar".

Por su trabajo cinematográfico, la actriz queretana ha tenido que viajar constantemente al extranjero, precisamente durante una de sus tours a Sudamérica fue calificada en Brasil como Miss Escándalo, "lo recuerdo muy bien, una revista sudamericana publicó en su portada mi fotografía con un titular que decía: ´Miss Escándalo´, así como un reportaje en interiores titulándolo: ´Peluffo es sinónimo de escándalo´ y la verdad, mi vida tuvo en un tiempo gran alboroto a causa de los galanes que me acechaban, además, los fotógrafos nos tomaban gráficas que escandalizaban".

"Llegué a sostener una relación amorosa con Vittorio Gassman y tuve propuestas amorosas de varios políticos no sólo en México, sino también en otros países como Argentina e Italia, pero... todo es parte del mundo del espectáculo."

Así, con franqueza, reconoce ser una pionera del escándalo artístico, "pero eso sí, sin caer en lo burdo, lo morboso y menos en lo ofensivo".

Su desnudo fílmico, acepta, "levantó ámpula entre la sociedad de los 50, pero no fue para tanto. Posé desnuda pero sin moverme. Todos sabemos que los artistas plásticos siempre requieren de modelos".

Para la actriz lo presentado en La Diana Cazadora "resulta hoy juego de niños".

Nostalgia y añoranza

Por ser hija única, la artista gozaba de las preferencias de sus padres, "de niña fui una chica normal que jugaba con mis muñecas y con mis amiguitas. Disfruté mucho mi infancia y mi juventud. Antes de ser actriz nadaba todas las mañanas, como lo sigo haciendo ahora, y concurría a la escuela. Por las tardes asistía a la Universidad Femenina".

Sin preguntárselo, la Peluffo, que acumula más de 200 cintas en su haber, revela su edad: 76 años.

"Y me siento muy bien todavía. Al ver en la tv algunas de mis películas de antaño, he llegado a exclamar: ´¡Ay, pero qué bonita estaba yo´ o ´¡qué espantosa me veo!´. Hoy siento nostalgia y añoranza por mucha gente que se ha ido, pero no tengo miedo a la muerte, todos vamos a morir. Lo que sí me duele es que quedemos muy pocos integrantes de la época grande de nuestro cine."



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