Lupita D´Alessio, la Leona dormida , volvió a rugir, luego de enterarse de que su participación en el programa Cantando por un sueño no se limitaría a interpretar dos piezas en vivo, sino a competir contra Susana Zabaleta en un segmento en el que dos luminarias se enfrentan por una causa altruista.

"Yo no sabía que venía a un desafío, vine a cantar dos canciones, porque así me lo dijeron los de la producción", explicó la polémica cantante al conductor Adal Ramones, quien le explicaba que no tenía contrincante, pero que Zabaleta ya se había apuntado para realizar esa actividad.

De inmediato, el semblante de la intérprete de temas como "Mentiras" e "Inocente pobre amiga" cambió drásticamente, al grado de pedirle a Ramones y a la juez abandonar el escenario para que pudiera cantar.

Sola, y con esa pasión que la caracteriza, la Leona dormida interpretó "Acariciame", mientras que en su turno, Susana deleitó al público con "Te pareces tanto a mí", con la que puso a temblar por completo a Adal Ramones a quien sedujo momentáneamente.

Pero la furia de D´Alessio aumentó cuando el público ovacionó a Zabaleta de pie, por lo que ésta decidió retirarse del escenario, y aún sin saber quién de las dos había superado el desafío.

La cantante salió rapidísimo del foro de televisión, a la mitad de la actuación de su hijo Ernesto, y se dirigió al estacionamiento de la empresa, pidiendo a los reporteros de una forma nada amable que la dejaran sola.

Mientras tanto, en el foro, Ramones anunciaba que precisamente la Leona dormida había resultado la triunfadora del desafío, a lo que la protagonista de Sexo, pudor y lágrimas respondió: "La señora es la señora", haciendo alusión a la grandeza de Lupita.

De esta forma, Vania Pérez de Aguascalientes, quien necesita un trasplante de tibia, y Lupita D´Alessio fueron las ganadoras de este encuentro al obtener el mayor número de llamadas del público.

Al término de la emisión, la juez declaró a la prensa que ella había aceptado retar a D´Alessio en el escenario "porque soy una ofrecida", sin olvidar que ambas tienen un carácter difícil, pero que ni con bozal podían detenerlas.