A sus 92 años, Compay ¡quiere tener seis hijos!

. (Foto: JORGE SOTO/El Universal )
?Me he cuidado mucho de llegar a viejo, pero no soy un viejo arrinconado, eso es muy triste, porque es el que no vive, así es la vida, si se quedan arrinconados, allá ustedes, vamos a mantener la alegría, a eliminar lo que nos perjudique. La juventud vamos a mantenerla como amigos. Los hombres deben buscar la amistad para cuando se vayan dejen una huella de su paso por la tierra, yo quiero dejar un huella alegre.? Lo anterior, lo comentó el músico y compositor cubano Compay Segundo quien a sus 92 años es un hombre lleno de vitalidad e irradia juventud. ?El único que queda por morirse de mis amigos soy yo, pero hay Compay Segundo pa rato. Tengo 92 años, mi esposa tiene 40, quiero tener seis hijos, estoy luchando. Mi abuela duró 115 años si llego a esa edad, voy a pedir prórroga. Me preguntan la fórmula para conservarme joven y no es otra que pensar en el día de mañana, las personas que viven sin futuro, son caballos muertos en la carretera. Me cuido mucho, trabajo un día y otro no para descansar.? Compay Segundo está en México para dar dos conciertos, el primero será el 6 de mayo en el Auditorio Nacional y el segundo el 14 de mayo en el Zócalo. ¿Tocará temas inéditos? Sí, ?Las flores de la vida? es lo más lindo que he sacado últimamente. Me puede pegar a mi como a cualquiera. Compay se encuentra promocionando su disco titulado ?Calle salud?, pero ya tiene planes para sacar un nuevo material. ?Voy a ir a Málaga en dos semanas para hacer mi nuevo disco. Tenemos que opacar a ?Calle salud?, siempre un siguiente disco tiene que ser mejor.? ¿A qué atribuye el desarrollo de la música cubana? Estoy documentando he sido músico desde que tenía siete años, puedo hablar de música. El desarrollo de la música cubana se debe conservar y ser capaz de ejecutar canciones y no sólo cubanas. Los cubanos sabemos interpretar cha cha chá, merengue, afro y rancheras. La música mía es divertida para el interés de los músicos cubanos. Me preguntan por qué toco música tradicional y yo respondo que para que la juventud oiga lo que hicieron en 1800. Yo soy del final del romanticismo. Pablo y Silvio impusieron otros ritmos, yo digo está bien, es una época, pero la juventud no es para estar sentada, sus canciones eran bonitas, pero todas las escuchaban sentados. ¿Qué pasó?, vino la salsa, la juventud quería brincar, moverse, pero vinieron los divorcios hasta que reflexionaron y vieron que era mejor bailar pegaditos. Una juventud fría no es juventud, la juventud es caliente. ¿En qué se inspira para hacer arreglos a la música tradicional? Hay dos tipos de músicos, los repentistas que son de Pinar del Río, no necesitan aprender, les brota lo que quieren decir al momento. Yo no necesito estudiar nada, hago las introducciones repentistas, para hacer mi música no necesito tiempo, es una cualidad, que no todo mundo tiene. ¿La revolución paralizó el desarrollo de los músicos cubanos? No, al contrario. He visto el desarrollo, el músico cubano vive mejor que antes, con la revolución ha tenido más auge la música cubana en todos los países. Hace cinco semanas regresé del Vaticano, de tocar en Roma al Papa Juan Pablo II gracias a nuestra calidad artística. He tocado en Alemania, Francia, España, Bélgica, Londres, Italia, Suiza, en casi toda Europa. Mi música les gusta porque entienden la expresión y eso me basta. Durante toda la conferencia de prensa Compay Segundo habló como libro abierto, pero como libro de historia. ?El año pasado estuve aquí, en el Metropólitan que estaban haciendo en 1938, la primera vez que vine a México. Hice dos películas ?México lindo? que dirigió Ramón Pereda y ?Tierra brava? que dirigió René Cardona. Conocí a mucha gente famosa: Agustín Lara, Pedro Vargas, ?Cantinflas?, Chaflan y a María Félix que no era artista todavía. La vi en París donde la salude, está más o menos como yo, está entera. A mi me trajo Emilio Azcárraga vine en barco de La Habana a Veracruz, de ahí venimos en tren a México. Viví en la calle Balderas. Toqué en el Teatro Alameda. Tengo una memoria bárbara, me acuerdo de todo. Mi padre era maquinista antes de la primera guerra mundial. Yo tenía siete años. Terminó la guerra y Simoney, donde yo nací se quedó como pueblo muerto. A los 5 años comencé a fumar, le prendía sus puros a mi abuelo, a los 9 años me fui a Santiago de Cuba, donde mi padre compró una casa y a los 14 años aprendí mi oficio.? Pero eso no fue todo, también fue peluquero y pintor (de brocha gorda) y por si fuera poco es inventor. ?El armónico yo lo cree, nadie más lo toca en el mundo, lo siento mucho. Una amiga violinista me enseñó solfeo. Estuve en el conjunto Matamoros 12 años tocando el clarinete, después formé el dúo los compadres, después nació Compay Segundo?, finalizó.





