Su genio fue reflejar a los personajes populares en el cine y su logro más grande hacer de Pedro Infante el ídolo del pueblo. Ismael Rodríguez, el cineasta de las multitudes, el de los melodramas taquilleros, el que destacó por el ritmo cinematográfico de su obra, el que supo empatar con el corazón de los mexicanos. Ese hombre inquieto, vivaz y entregado al cine hasta el final falleció ayer a las 8:15 de la mañana en un hospital del sur de la ciudad de México.

Tenía 87 años y deja como legado más de 60 cintas que, transmitidas ahora por la televisión, son parte del entretenimiento de la familia mexicana.

Hasta el último momento, pidió a su hijo Ismael Rodríguez hijo que continuara con su obra, que no la dejara morir.

Su labor tal vez será sencilla, porque don Ismael Rodríguez fue un iniciador en la industria del cine, creador de estrellas y por quien México trascendió fronteras con cintas como Tizoc y Ánimas Trujano .

Su mérito es que supo entender la idiosincrasia mexicana y sobre todo exaltarla, con comedias rancheras como Dos tipos de cuidado y Los tres García o melodramas urbanos como la trilogía Nosotros los pobres, Ustedes los ricos y Pepe ?El Toro? supo comulgar con el gusto popular.

EN PAZ

"Mi papá se lleva mucha paz, se fue muy tranquilo con todo lo que hizo y realizó; siempre lo dijo, fue una gente que hizo todo lo que quiso, como quiso, y se fue muy contento, bendito Dios no sufrió; y se lleva muchos recuerdos desde que la industria del cine empezó, hasta ahora; se lleva el amor del pueblo de México y el de sus hijos, que es muy grande", expresó en entrevista su hijo Ismael.

El primogénito del cineasta comentó que el viernes su padre se encontraba débil, pero tranquilo, muy contento.

"Ya sabíamos que el mal que le aquejaba era irreversible, ya sus pulmones no daban nada, tenía complicaciones respiratorias y los doctores dicen que dejó de existir a las 8:15; pero mi padre no se ha ido, vive en el corazón de todos los mexicanos".

DE PELÍCULA

Su vida fue como de película, fue el cineasta más joven de la historia, fue extra, sonidista, editor, asistente de dirección, guionista. Bromeaba don Ismael con esto, decía que había trabajado en todas las tareas relacionadas con el hacer cinematográfico, "nada más me falta trabajar en la Kodak, donde se hacen la cintas".

Ismael Rodríguez Ruelas nació el 19 de octubre de 1917, en la ciudad de México. Siendo apenas un niño emigró junto con su familia a Estados Unidos.

A los 12 años, durante una de sus estancias en Los Ángeles, California, Ismael comenzó a actuar en filmes experimentales. En 1931 colaboró con sus hermanos mayores, Joselito y Roberto (también cineastas), en distintos proyectos, entre los que destaca el primer sistema sonoro de México. Estudió y practicó fotografía en el laboratorio de Jorge Stahl, padre, en donde se convirtió en primer asistente de sonido mientras se desempeñaba como actor juvenil y anotador.

En 1935 realizó estudios de sonido y proyección, mismos que continuó al siguiente año en el Radio Institute of California, poco antes de crear el Sonido Photo Cell, con el cual sustituyó al Sistema Vitaphone en una cadena de teatros en México. A los 19 años fue operador de sonido, e incluso obtuvo un premio por la mejor sonorización.

En 1939, en asociación con sus hermanos, fundó Películas Rodríguez S.A., y al año siguiente, además de fungir como editor y asistente de dirección, escribió el guión de ¡Ay, Jalisco, no te rajes! (dirigido por Joselito Rodríguez), el primero de los 42 guiones que realizaría.

En 1942 produjo, escribió y dirigió ¡Qué lindo es Michoacán! , su primer largometraje que lo convirtió, a los 22 años, en el cineasta más joven del mundo. Cinco años más tarde, junto con Blanca Estela Pavón, Pedro Infante y Evita Muñoz Chachita , realizó Nosotros los pobres , película que lo consagraría tempranamente y que volvería ídolos a sus protagonistas. Con Infante realizó más de una docena de películas, que conformaron uno de los binomios director-actor más representativos del cine nacional.