Da su `toque` a Harry
El humor es el sello que el mexicano Alfonso Cuarón imprime en Harry Potter y el prisionero de Azkaban .
La cinta está llena de guiños y alusiones a clásicos del cine como el Nosferatu de F.W. Murnau, o a gustos personales de Cuarón como el chocolate. Así, en la toma de la dulcería vemos calaveras mexicanas tradicionales del Día de Muertos y una calavera de cartón (especie de alebrije) inspirada en La Catrina de José Guadalupe Posada.
Además de los innumerables gags , sorprende el derroche visual, porque aunque Cuarón recibió casi a todos los personajes delineados, impone su sello con los nuevos: Sirius Black (Gary Oldman), profesor Lupin (David Thewlis) y Madame Rosmerta (Julie Christie).
Hombres lobo, ratas, lechuzas, aves, y una maravillosa combinación alada de caballo, gallina y águila conforman el universo de J.K. Rowling en su tercer libro, que es llevado a la pantalla por el cineasta mexicano, quien le da un toque oscuro a la historia.
Y aunque no convierte a Harry, Ron y Hermione en "charolastras", sí los moderniza y los obliga a abandonar el uniforme de Howard y vestir prendas que se pueden encontrar casi en cualquier tienda.