Sería terrible conocer la fecha de nuestra muerte. Afortunadamente, no es así: ¡¿cómo podríamos vivir?!... Sabemos que es inevitable y que es la única estadística que tiene 100 por ciento de certeza, pero evitamos pensar en ello. Sin embargo, cuando llega de manera sorpresiva, sin "previo" aviso y de manera temprana, el dolor parece más intenso. Dejan un gran vacío y permanecen en nuestra memoria como un intento de perpetuar la vida después de la muerte.

En el medio artístico, a lo largo de su historia, el pueblo se ha conmocionado al enterarse de la desaparición "no anunciada" de alguno de sus ídolos.

Se les llora, aplaude y recuerda. La semana pasada revivimos este sentimiento colectivo con una triste y aún poco creíble noticia: Eduardo Palomo dejó este mundo.

La gente se preguntaba: ¿Cómo puede ser, si apenas estuvo en México y se veía tan bien? Palomo visitó la ciudad de México para promocionar su regreso a las pantallas y, sin embargo, la ironía de la vida le hizo retornar a su lugar de origen sólo para despedirse y dejarnos un mensaje de amor y armonía.

Recordamos estos penosos decesos que perturbaron, emocionaron y enternecieron a todo un pueblo. Las causas son diversas: accidentes, suicidios, enfermedades; sean cuales fueren, no dejan de estremecer.

PEDRO INFANTE (18 de noviembre de 1917-15 de abril de 1957).

Sin lugar a duda, su partida causó conmoción. La muerte prematura del ídolo de Guamúchil dejó en la conciencia colectiva una herida que aún no cicatriza. Incluso en la negación de la muerte de figura tan querida y popular, hay quienes piensan que no murió y se encuentra escondido.

El cantante, desde joven, mostró su gusto por la aviación, sin saber que este pasatiempo lo llevaría a la muerte.

Un lunes de Semana Santa se elevó en su avioneta para desde Mérida trasladarse a la ciudad de México en donde le esperaban para filmar La tijera de oro . Pedro nunca llegó, la muerte se lo impidió. Miles de personas le lloraron y le dieron el último adiós.

Su carrera duró 17 años, pero su trabajo fue enorme: 60 películas y múltiples discos. Entre las producciones más recordadas están: Los tres García (1946), Nosotros los pobres (1947) , Dos tipos de cuidado (1952) y Tizoc (1956). No ha nacido quien supere su carisma. Es considerado uno de los artistas más taquilleros, sólo comparado con Cantinflas . Sus restos están junto a los de otro gran ídolo, El Santo , en el panteón Jardín. Murió a los 39 años de edad.

BLANCA ESTELA PAVÓN (21 de febrero de 1926-26 de septiembre de 1949).

El fallecimiento de Blanca Estela fue sorpresivo y trágico, ¡apenas tenía 23 años! En tiempo muy corto cobró fama y se convirtió en ídolo. Tuvo la suerte de interpretar a La Chorreada en Nosotros los pobres (1947), convirtiéndose en el ideal de toda mexicana que soñaba con ser novia de Pepe el Toro .

Blanca Estela nació en Minatitlán. Murió en un accidente aéreo en las faldas del Popocatépetl, cuando se dirigía de Oaxaca a la ciudad de México. La noticia fue demoledora: Pedro Infante participó en las brigadas para el rescate del cuerpo. Perdió la vida en el momento cumbre de su carrera. A su corta edad, ya había ganado un Ariel como Mejor Actriz.

VIRIDIANA ALATRISTE PINAL (17 de enero de 1963-25 de octubre de 1982).

Apenas tenía 19 años y estaba en la plenitud de su belleza y de su carrera artística, por lo que su muerte también causó sorpresa.

En ese entonces aparecía en la telenovela Mañana es primavera , en donde también trabajó Eduardo Palomo y en la que actuaba y producía su mamá, la señora Silvia Pinal. También estaba actuando en la obra de teatro Tartufo al lado de Sergio Corona.

Viridiana falleció en un accidente automovilístico en avenida Olivar de los Padres y Las Torres. La actriz se accidentó a las 4 de la mañana. Acababa de salir de una fiesta. No hubo testigos y por ello su cuerpo fue hallado tres horas más tarde. Se informó que su muerte fue instantánea, iba a exceso de velocidad y su cuerpo salió del interior del carro, que le cayó encima.

Fue Silvia Pasquel quien le dio la desafortunada noticia a su madre. Los restos de Viridiana fueron sepultados en el panteón Jardín, en el lote de actores.

Muchas figuras asistieron a su funeral, entre ellos el director Luis Buñuel, quien era su padrino de bautizo.

LUPE VÉLEZ (1910-1944).

Desde siempre, impactó por su belleza y temperamento. La actriz originaria de San Luis Potosí se quitó la vida a los 34 años, al saberse embarazada y abandonada por su último amor: Harold Ramond.

Fue esposa de Johnny Weismuller (Tarzán ), pero su romance más tormentoso fue con Gary Cooper. Lupe Vélez tuvo una importante carrera en Estados Unidos durante los años 30. Trabajó al lado de los cómicos Stanley Laurel y Oliver Hardy (El Gordo y El Flaco ). Inició su carrera en 1924 en teatro de revista y después trabajó en cine. Su primer éxito lo tuvo en Hollywood en la película El gaucho , al lado de Douglas Fairbanks. Otro película destacada fue La dama del pavimento , de D.W. Griffith. En México fue dirigida por Fernando Fuentes en La Zandunga (1937). De regreso a Estados Unidos trabajó en la serie Mexican spitfire en Los Ángeles. Radicando allá, decidió suicidarse tomando todas las pastillas de un frasco de Seconal.

Lupe Vélez fue fanática de la virgen de Guadalupe, del tequila Sunrise y del sexo. Antes de morir, luego de una comilona, declaró a sus amigas: "Estoy harta de vivir, de luchar por todo. Me siento cansada". A las 3 de la mañana, en su casa de Rodeo Drive, escribió una carta para despedirse de Ramond.