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Las Ketchup, ¡qué frescas!

Toño Angulo/ De El Comercio de Lima GDA| El Universal
Domingo 16 de febrero de 2003
Lucía, Pilar y Lola Muñoz, integrantes de Las Ketchup, han puesto a bailar a medio mundo con su ventiúnico tema, "Aserejé" y a pesar de vender millones de copias de su disco, no se creen el último frasco de salsa en la alacena

LIMA. Frescas, como tres tomates en punto de ensalada, las hermanas Lola, Pilar y Lucía Muñoz, Las Ketchup, son tres versiones idénticas de su recontra bailado "Aserejé": fáciles de palabra, aunque en el fondo digan muy poco. Pero no hace falta más.

Al igual que con las reinas de belleza, es un llamado al aburrimiento ponerse con ellas en plan comisionado de la ONU y preguntarles qué piensan de la guerra o, peor, de la voraz industria del espectáculo: "Aserejé /ja /dejé /de jebe tu de jebere sebiunouva majabi /an de bugui /an debui dipí". Cualquier candidata al cetro de Miss Universo podría responder empleando estas palabras. Y demás está decir que la superioridad de Las Ketchup radica en que, diciendo lo mismo, ponen al auditorio a bailar.

Lo que hace encantadoras a las hermanas Muñoz es su doble naturaleza de cantantes para un verano y andaluzas de toda la vida.

Las Ketchup, a pesar de los 7 millones de copias que ha vendido su único disco, no parecen creerse el último frasco de salsa de tomate de la cafetería.



Nunca lo imaginaron

"La clave de nuestro éxito reconoce Pilar, la Ketchup rubia que parece disfrazada de mostaza es que no teníamos ninguna expectativa. Cantamos y bailamos como hacíamos en casa". Por lo demás, se sabe que los andaluces han convertido el baile, el canto y la guitarra rumbera en una forma de vida.

"Bailábamos hasta con la música del telediario. Y en las reuniones familiares nomás faltaba que alguien sacara la guitarra y, venga, todas, ¡a bailar!" se emociona Lola, la pelirroja, y al ver cómo quiebra la baja cintura sentada en un metro cuadrado de sillón, no hace falta que pruebe nada de lo que dice.



De tal palo...



A diferencia de otros grupos superproducidos, verdaderos artefactos de relojería diseñados para el éxito comercial, Las Ketchup, que no dejan de serlo, llevan en sus currículos una vieja tradición musical familiar. El papá, apodado Tomaté , igual que el abuelo y el tatarabuelo, es un reconocido guitarrista de la rumba flamenca.

La mata de los tomates Muñoz también ha dado frutos interesantes en su territorio. Para empezar, los tres hermanos mayores de Las Ketchup son guitarristas y compositores, y uno de ellos, Juanma, se paseaba desde hacía tiempo con Lucía la del cabello negro tratando de vender sus canciones grabadas con la voz de frambuesa de la hermanita menor.

Lo que distingue a Lola, Pilar y Lucía de alguien como Britney Spears, por ejemplo, es no solamente un asunto de belleza (o de su explotación, que al final de cuentas es lo que vale). Los expertos exclaman de las hermanas Muñoz:

Un fenómeno

"¡Pero si Las Ketchup no son tan guapas!", como si hablaran de una desventaja. Eso, justamente, hace que su fenómeno masivo sea un caso ligeramente fuera de molde.

No han sido pensadas para un póster que pueda colgarse en el dormitorio de un adolescente. Como sus compatriotas Los del Río, el dúo de La macarena , que no eran los hermanos gemelos de Miguel Bosé, las hijas del Tomate no son para mirar en los conciertos, salivar y gritar histericos.

Aunque guapas, las Ketchup no son Jennifer Lopez. Pero venden más. Por ahora, por lo menos.

Si los divos recogen sostenes, ¿ustedes qué han recogido?

Nooo dice Lola, nunca. Como mucho, una carta o un muñeco. Los hombres no son tan atrevidos como para lanzarte sus calzoncillos añade Pilar.

Lo que sí han recogido, en cantidades de lotería, son millones de dólares. Nomás en venta de discos (y descontando lo que han perdido en estas calles de piratería) deben sumar varios miles. A eso hay que añadir un promedio de ocho a 10 conciertos al mes. Aun así, ellas lo niegan, mitad en broma, mitad en serio: "Todavía no hemos cobrao" , se ríe Lola. "Esto dilo bien: que se están haciendo ricos toos, menos nosotras".

¿Entonces, quién se la está llevando toda?

Nuestro productor, El Queco , compositor de casi todas nuestras canciones.

¿Y no que se habían comprado una casa? Recién estamos en eso.

Qué duda cabe: si Las Ketchup tuvieran alma de divas, habrían hablado de su nueva casa en Miami, o dónde sea.



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