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Jorge Alberto Aguilera se siente "En familia"

Roberto Rondero| El Universal
Lunes 02 de diciembre de 2002
El locutor conoció a su esposa en el programa cuando ella era coordinadora de edecanes

Todo quedó En familia para el locutor radiofónico y televisivo por más de dos décadas, Jorge Alberto Aguilera, pues literalmente en este programa al lado de Javier López Chabelo, mismo que cumplirá 35 años al aire, sus mil 800 emisiones el próximo 8 de diciembre, conoció a la que sería su esposa Gabriela Michell, madre de sus tres hijas, entonces coordinadora de edecanes.

A su paso por diversas estaciones radiofónicas (RadioMil, Radio Fórmula), Aguilera incursionó en la televisión con XETU, aquel programa producido por Carla Estrada y Reynaldo López, que lograra un alto rating entre el teleauditorio infantil y juvenil de los años 80.

Una voz identificable para el público presentando concursos y la sección "Cuates de provincia" de En familia , Aguilera, cuyo padre Ramiro Aguilera, es uno de los pioneros radiofónicos, comparte con EL UNIVERSAL sus vivencias al lado de Javier López y de Chabelo, dos personas distintas entre sí, según su percepción.



Catafixias derechas

¿Cómo te sentiste desde el inicio en el programa?

Es la producción más organizada de las que conozco. Eso me ayudó mucho desde el primer programa en que participé. Todos saben los detalles y el ritmo que se lleva. Es como una casa prefabricada. Primero salía como el locutor que hacía las réplicas para la entrega de los premios. Chabelo me dio "Cuates de provincia", un segmento del programa que ha crecido con participación del público en el interior de la República. ¿Cómo es Javier como jefe y como amigo?

Es una gente con enorme capacidad de trabajo, muy detallista, no le gusta repetir las cosas y por eso ensaya tanto, a conciencia, extenuante de repente. Exige, pero trabaja al parejo, no es el que llega tarde por ser el jefe. Siempre trata de mejorar lo que se hizo la semana pasada. Mucha gente cree por la antigüedad del programa, es siempre lo mismo y se lo saben de memoria. No es cierto. Es enteramente diferente semana tras semana. Hay variedad en los ensayos. Es de los éxitos de En familia. Se ha ido adaptando a las diferentes épocas, mejorando su producción. A Javier le merece un profundo respeto el público, tanto de las mil 500 personas que van al estudio no haciéndoles perder el tiempo y entretenidos con el mejor trato posible, como los que ven el programa. Todos los niños salen con un regalo bajo el brazo y los concursos se realizan de la manera más transparente y legal. Chabelo nunca sabe qué hay detrás de las catafixias. Se participa sólo con un boleto. Nunca he visto una sola trampa en el programa. Y si Chabelo agarra a alguien haciendo una trampa, no estaría más en el programa. Por avaricia natural la gente puede perder por ambicionar un premio mayor y él incluso les ayuda.

¿Qué le desespera y lo hace enojar?

Como cualquier programa y familia, cuando fallan las cosas. Como él dice: como en los toros, hay buenas y malas tardes. Fallas de concentración en el ensayo, nerviosismo en un programa que se hace como si fuera en vivo, es de corrido sin parar. Estoy citado a las 15 horas y termino como alrededor de las 10 de la noche. Ensayamos todo el viernes y el sábado grabamos el programa que será transmirido al día siguiente. El domingo grabamos el programa que pasará la siguiente semana. Trabajar con dos personajes distintos ¿Cómo te sientes de trabajar con dos personajes tan distintos?

Puedo jurar que son dos personas diferentes. Javier López es el serio, el productor que de repente te da consejos, el de respeto. Chabelo es el niño de 13 años, malcriado y travieso, un buen cuate, de buen corazón, simpático, gritón y berrinchudo, experto en todos los juegos, actualizado, que le gusta cantar. Es curioso, pero a veces Javier López se queda afónico, pero Chabelo no. Es una transformación de dos personas. Gesticulaciones distintas, es de llamar la atención. Chabelo es un icono de la televisión mexicana de la forma más natural. Puede reír, llorar, cotorrear e interactuar con quien él quiera. Se cuida mucho a sus 68 años. Desde que estoy solo ha faltado por una úlcera, por acudir con el Presidente a recibir un premio en una semana de la radiodifusión, y otra que se cayó y se rompió una pierna. Es un hombre respetuoso que te da confianza y juego, poniéndote el ejemplo y a veces te dice cómo. También reconoce cuando tú aportas algo y a él lo enriquece. ¿Con 35 años en el programa Chabelo ha manifestado su deseo de retirarse y terminar ?En familia??

La verdad lo veo muy entero, es una persona muy sana y en ningún momento ha mencionado la palabra retiro ni de terminar con el programa. Por supuesto llegará el momento de no poder seguir. Lo que sí le encanta manejar motocicleta y los coches deportivos. Lo sabe hacer, se siente físicamente apto, pero no es un suicida ni nada parecido. Con tantos años al aire su mismo equipo nos sigue dando risa por la simpatía natural que tiene Chabelo, con humor blanco y también a veces picante. Lo ha dicho al aire: ?Vengan a muebles Troncoso porque los esperamos el día de hoy en todas nuestras direcciones con las piernas abiertas?. Y así se quedó. Jorge Alberto Aguilera recuerda con afecto a locutores de los que aprendió como Víctor Manuel Barrios Mata, Jorge Alberto Riancho, Bolívar Domínguez, Ángel Fernández y Pedro Ferriz Santacruz, lamentando que a estas alturas no exista el requisito de tener una licencia de locutor para trabajar en los medios.



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