Un héroe por obligación, un policía corrupto, cuatro damicelas, quienes se unen a la desgracia de su "hombre", y una historia de aventuras y balazos, son los ingredientes principales que conforman la nueva película de Alejandro Gamboa El Tigre de Santa Julia , que hoy entra a la cartelera nacional con más de 350 copias.

Y es que para el realizador de cintas como La Primera y La segunda noche , el héroe encarnado por Miguel Rodarte pudo haber sido ambientado en el México del nuevo milenio, pero con tintes y toques acordes a la era.

"Digamos que actualizar la leyenda sí se hubiera podido. Pero habría un problema en cuanto al tono ligeramente cándido e ingenuo de los personajes, también respecto a las distancias que hoy son cortas, y que antes eran largas. La inocencia que reviste todo, hoy no hubiera sido posible, porque sería sumamente violenta, porque andarían en un coche o una motocicleta, no tendría ese aspecto romántico de ir a caballo. "Todos los personajes de la cinta serían más crudos, más duros -como es la realidad de hoy-; además, las películas mexicanas actuales han abordado mucho estas temáticas y nosotros nos propusimos simplemente contar una leyenda popular", indicó.

Sin embargo, los tintes humorísticos de El tigre de Santa Julia hacen más ameno para el espectador una trama, que ante todo puede definirse como "de venganza" del personaje principal hacia quienes lo han hecho sufrir.

"El humor sale porque no es un súper héroe, porque si lo fuera tendría un fin. O si fuera un gran bandolero, como lo ponían originalmente en 1900, pues no sería simpático. En cambio, hoy el humor se desprende de la simpatía que tienes por él, porque es un tipo parecido a ti. No es buen tirador, es noble de corazón como la mayoría de la gente.

"También otro acierto es que es muy mujeriego, pero él no acosa a las mujeres, sino que vienen a él y dentro de su inocencia, toma el placer como se le presenta en su camino. Por eso, hay una frase recurrente en la película que dice: `pues ya que salió así...`. Y además de todo es modesto", expresó el también director televisivo.

?Un gran reto?

Por su parte, Miguel Rodarte, quien interpreta al desgarbado héroe, añadió que el reto de conservar la esencia de la leyenda fue su mayor reto para realizar la película, ya que incluso en un principio no se tenía claro como se abordaría la vida de José de Jesús Medina Negrete, si como forma biográfica, o bien, alimentando la leyenda que ha estado vigente en la memoria capitalina por más de 100 años.

"Tomé algunas referencias, porque leí novelas de la época como el caso de Chucho el Roto. También hay un ladrón benefactor que existió en Sinaloa, que se llama Jesús Malverde. Yo crecí con esta última leyenda, que era un caso distinto, porque hasta una especie de santo se volvió. De esa forma fui enriqueciendo mi personaje. "La idea en que acordamos y trabaje fue no recrear al Tigre , para no ser una copia del personaje histórico, sino más bien darle un artificio de novela o cuento, es una leyenda recreada e imaginada. Ahora, también estudié el comportamiento de un tigre, para entender porque le habían puesto al Negrete Medina de esta forma. Leí mucho acerca de la historia que en ese momento se vivía".

Rodarte agregó que aunque en la cinta tuvo el rol principal: "Al Tigre se le facilita el estar rodeado de tanta mujer. Eso le da al personaje una fuerza muy particular, porque no es un tipo que arma una banda de puros cuates o compinches, sino que más bien son puras mujeres. Esto le da complejidad al personaje y mucha astucia, aunque la verdad no era un gran estratega, sino que le van saliendo las cosas. Se me hizo muy interesante que estableciera tanto lazo íntimo y cachondo con cada una de ellas, que actoralmente es rico", explicó.

En el filme protagonizado por Irán Castillo, Miguel Rodarte, Cristina Michaus, Isaura Espinoza, Fernando Luján e Ivonne Montero, ésta última, quien interpreta a Rosa, tiene varios semidesnudos junto al famoso bandolero.

Montero, quien hace su primera incursión en la pantalla grande con El Tigre de Santa Julia , comenta que estas escenas fueron de las más cuidadas por el director y su equipo de producción, además de que siempre estuvo segura de querer hacer este tipo de secuencias eróticas.

"Cuando me dicen que hay un semidesnudo decidí hacerlo, porque me sentía preparada. Lo realice porque era muy buen proyecto para entrar al cine. De repente, ya cuando llegaba el momento me preguntaba si realmente estaba preparada. Comenzaron los ensayos y estas escenas fueron de las que más cuidadas. Se puso hincapié para que salieran bien, porque de repente es complicado hacer estas escenas y que realmente causen en el espectador una cierta excitación o corten el aliento", sostuvo.