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?La vida en el espejo?: el canario viejo sí aprendió a volar

El Universal
Viernes 28 de enero de 2000
?La vida en el espejo?: el canario viejo s aprendi a volar

. (Foto: ANTONIO SERRANO/El Universal )


Recogiendo los pedazos una familia deshecha por las infidelidades y los trastornos de los hijos, volvió a la civilidad y al raciocinio en ?La vida en el espejo? (Azteca 13, 21:00 horas), en un final donde la moraleja, fue ?Canario viejo sí aprende a volar?, y donde cada integrante levantó su copa brindando por el respeto ajeno en una resolución muy al estilo de la productora Argos, donde los ricos siempre encuentran el camino directo a la felicidad, no importando la decadencia en la que estén inmersos.

Contra la tradicional estructura melodramática de las telenovelas, en ?La vida en el espejo? el ?open main? de una familia convertida en clan, impidió que llovieran más golpes, insultos y que la sangre llegar al río.

Epigmenio Ibarra nos recetó un desenlace de que todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, y para ello se valió de la frase ?cada quien con su cada cual?, creyendo resolver en santa paz una trama cargada de reacciones humanas naturales en una familia disuelta desde los primeros capítulos del melodrama cuando Isabel Franco (Rebecca Jones) daba rienda suelta a sus pasiones y a la infidelidad, mientras que Santiago Román (Gonzalo Vega) envejecía bruscamente, se afiliaba con más ahínco al cursi ?Club de Toby?, y despertaba los sentimientos de la colegiala Gabriela Muñoz (Sasha Sökol).

Después de salvar la vida al ser baleada por su amante Eduardo, el personaje de Isabel se desdibuja.

El papel de Isabel perdió intensidad y los libretistas Bernardo Romero, Leticia López y Lina María Uribe, la convirtieron en mansa ama de casa, tan reflexiva de sus errores pasados que como hermana de la caridad casi une en santo matrimonio a su todavía esposo con su rival en amores, Gabriela Muñoz. Claro que para no parecer más boba le añaden un nuevo compañerito al que le jura fidelidad y amor.

Por algo Rebeca Jones nunca aceptó que su personaje navegara sin el vigor y la enjundia con los que empezó, situándola como la mejor actriz este momento.

En este final plagado de brindis y buenos deseos, desde el extremo de una larga mesa donde departían los integrantes de esta ?bonita familia?, Santiago rebozaba felicidad mientras alzaba su copa deseándole lo mejor a una pareja sui géneris: su hijo Mauricio Román (José María Yazpik) recargado en el hombro de su hombre; su otro hijo Eugenio Román (Diego Luna) fascinado no por terminar una carrera, sino por haber logrado embarazar y con gemelos en camino a su adorada mujercita; y por su rolliza hijita Diana (Edwarda Gurrola) que anuncia su boda para dejar la unión libre.

A Isabel el feliz patriarca le dedica unas dulces palabras como ?la madre de mis tres hijos y a su compañero Luis, que encuentre la felicidad con él. ¡Cuánta decencia y caballerosidad de don Santiago Román! Y claro a su amada Gabriela poesía pura: ?Al amor que vino como vendabal, como lluvia. Al amor que me hizo volar de nuevo?. Y la respuesta angelical: ?Te faltó mi amor brindar por tu cuarto hijo?. Embarazo de tres meses y un encuentro de señoras pirruris que en más de 100 capítulos anteriores llegaron a deschongarse para, finalmente, darse apapachos y parabienes: ?cuida mucho al papá de mis hijos?, pidió Isabel a Gabriela.

?La vida en el espejo? rompió viejos esquemas que de tan censurados se ven como renovadores.

El tema de la homosexualidad, así como el de cáncer de próstata, enviaron mensajes bien elaborados desmitificando lo que durante tantos años el género de la telenovela no se había atrevido a tratar no sólo abiertamente, sino tan solo mencionarlo.

La información que se generó a lo largo de la trama incide positivamente en un teleauditorio cada vez más diverso, conformado en buena parte por jóvenes.

De la labor actoral sobresalieron Judy Henríquez (Cayetana Román), Héctor Bonilla (Julio M. Escandón, descubriéndose que la M. era de María), Jorge Lavat como don Omar y Alvaro Guerrero como Ernesto Giraldo, y José María Yazpik como Mauricio Román Franco.

En la parte técnica, destacó el oficio en la dirección de Antonio Serrano; la dirección de arte de Carlos Herrera, aunque como es costumbre en las producciones de Argos la edición en este caso a cargo de Perla Martínez Alarga demasiado las escenas y volvió muy lenta la trama.

Con el espejo intacto evitando siete años de mala suerte, se cierra ?La vida en el espejo? y se apuesta por el dúo ganador de ?Mirada de mujer?; Angélica Aragón y Fernando Luján. Veremos si no es más de lo mismo aunque sea todo por amor. Hasta la próxima.

Contacto con La Telera: ronderos@df1.telmex.net.mx



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