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Se acabaron las amigas, mas no las rivales

El Universal
Domingo 11 de noviembre de 2001

Si viviera el cineasta Juan Orol seguramente demandaría al productor Emilio Larrosa por derechos de autor luego de que viera el final de Amigas y rivales , telenovela preferida del dios rating, cuyo regalo fue una oda al absurdo entre gángsters y una villana reventada al más puro estilo de Gatúbela.

Pero el final poco importaba a quien se autoinmoló como el productor del año y a lo largo de 10 meses de estas amigas y vivales demasiado vivales diría la telera, tuvo el ego suficiente cual argentino en ciernes de aparecer en su telenovela a cargo del actor Luis Couturier, conservando su nombre real, como legando un testamento al star system de productores de Televisa.

De las amigas ya no apareció en el desenlace Michelle Vieth previo justificante médico que declaraba gastroenteritis, aunque pudo ser por acumulación de bilis porque su personaje se desdibujó rápidamente ante una telenovela que bien pudo llamarse "Las peripecias de Wendy Nalleli, o mejor aún "Carne, buena, bonita y barata, sólo la de la gata", a cargo de quien se llevó el protagónico de cabo a rabo: Angélica Vale.

La Vale y las demás muchachitas, de caras bonitas y cuerpos dietéticos, también sucumbieron ante el atractivo visual de Joanna Benedek, cuyo traje negro ceñido a su curvilíneo cuerpo, fue agasajo para los telerómanos que le perdonamos su larga secuencia de amanazas en pleno salón de fiestas nupciales cual Gatúbela ofendiendo a Batman. La mala paga su condena, y aunque bella queda irreconocible al caerle ácido en ese rostro que acabó con los hombres de la novela, desde el mayorcito interpretado por Eric del Castillo hasta el más imberbe igual que su actor Arath de la Torre. Roxana detiene la masacre de sus hombres armados al enterarse como en El derecho de nacer que su padre no es su padre y que está a punto de matar a Robertito, quien resulta su medio hermanito. Todo un aquelarre que convirtió el final de Amigas y rivales en un folletín que hubiera envidiado la ilustre y recordada Yolanda Vargas Dulché, y hubiera filmado ipso facto Juan Orol.

Desde un inicio y lo señalaba la telera, esta telenovela de muchachitas y soñadoras, funcionaría como un reloj inglés, incorporando temáticas sociales drogadicción, alcoholismo, sida, promiscuidad, cuidando más la forma que el fondo. Por supuesto no faltó esa especie de autogol de desenmascarar el star system de Televisa, con todo y disqueras, ejemplificando lo que una muchachita iletrada y "naquita" como le llamaban a Nayelli debía enfrentar sin contactos en la gran carpa para ser estrella dentro de la empresa. La mano bondadosa y purificadora de Larrosa otorgó a la ex famulla ser una estrellita más del canal de las estrellas, sin tener que acostarse con el productor.

Fiesta final en las Lagunas de Cempoala con invitación morada para las muchachitas y en especial a Ofelia (Adamary), con la buena nueva de que un especialista en VIH la está tratando y le podrá alargar 10 años más su vida, gozándola con condón de por medio con su feito Ulises (candidato para la frambuesa por peor actuación a Gabriel Soto) Jimena (Ludwika Paleta) se queda con el balaccado de Pepe (Eduardo Santamarina, otro ajonjolí de todos los moles. Wendy Nayeli es la ganona; exclusividad, telenovela y galán, porque se queda con Ernesto Laguardia, otro que a la manera de Larrosa, pidió inmortalidad con su nombre real.

Se acabaron las amigas mas no las rivales y dan paso a una futbolera con El juego de la vida . Hasta la próxima.

Contacto con la Telera: ronderos prodigy.net.mx



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