Quería ser como Jorge Negrete
. (Foto: ARCHIVO/El Universal )
MADRID. No olvida un nombre de pila, dicen que multiplica su tiempo por cuatro, los que le rodean lo definen como encantador, amabilísimo y muy galante, y él se considera la persona más feliz del mundo porque hace lo que más ama: cantar. A sus 58 años Plácido Domingo acaba de llegar de Viena, hoy está en Madrid, en unos días se va a Londres, luego a Viena de nuevo y el fin de año lo pasará con su familia en Acapulco para después regresar a Madrid. Vive en los teatros, duerme en los aviones y el poco tiempo libre que tiene lo dedica además de a su familia, a sus fans. Ayer celebró en el Teatro Real de Madrid, donde está interpretando la ópera ?Margarita la tornera?, su función número 2 mil 900, y después de atender a todos sus admiradores y cuando ya eran las dos de la madrugada, todavía tuvo fuerzas para aparecer por el brindis que se daba en su honor. Hoy el tenor español presentó en la Casa de América y en una desorganizadísima rueda de prensa a la que incomprensiblemente la disquera no convocó a medios latinoamericanos (ni siquiera mexicanos), su último disco ?100 años de mariachi?, donde rinde un homenaje a la música mexicana interpretando temas como ?Yo soy mexicano?, ?¡Ay, jalisco no te rajes!?, ?Ella?, ?Cuando sale la luna? y ?Amanecí en tus brazos?, y del que ya ha vendido 50 mil copias. ?Todavía me acuerdo de la primera vez que escuché una ranchera?, recordó. ?Mis padres habían hecho una gira por América Latina en la que habían visitado Cuba, Puerto Rico y México. En México tuvieron tanto éxito y les gustó tanto que decidieron quedarse más tiempo, y nos enviaron una carta en la que metieron una foto de Negrete. Yo, que vivía en Madrid y tenía siete años, vi en el cine Rex del que mí tío Pascual era gerente, una de las películas de Jorge Negrete, y me quedé impresionado. A parte de la de mis padres era la voz más bonita e impresionante que había escuchado. Me encantó?. El tenor se quedó impactado. ?Tanto, que a partir de ese momento soñé cada noche con ser cantante de rancheras como él?. Sin embargo, Domingo no cumplió su sueño y al cabo de los años y debido a la influencia de sus padres que eran cantantes de zarzuela, se cambió a este género y de ahí se pasó a la ópera?. El tenor explicó que la palabra mariachi viene de los tiempos de la ocupación francesa de México, y del grupo musical que amenizaba las bodas, palabra que en francés se dice ?mariage?, y reconoció que desde joven esta música siempre le dio ?buenos resultados? porque a través de ella conquistó a Marta, su mujer. ?Recuerdo que le llevaba serenata por las noches y los mariachis le cantaban canciones de Negrete. Como no era una casa sino un departamento en un edificio de tres pisos, al rato venía la policía y como ya me conocían me decían: Plácido, date prisa que nos han llamado tus vecinos y os tenemos que echar?. ¿Y qué le cantaba?, preguntan. Y Domingo no duda en ponerse a cantar: ?Mujer abre la ventana para que escuches mi voz, te está cantando el que te ama con el permiso de Dios?. Plácido Domingo se fue a vivir a México cuando sólo tenía ocho años, allí jovencísimo se casó y también jovencísimo volvió a casarse con Marta, una joven española que sacrificó su carrera musical para dedicarse a su marido a quien acompaña siempre que puede, y a sus tres hijos. ?Nací en España pero crecí en México, por eso mis lazos con ese país son grandísimos. En México conocí a mi mujer, en México viven mis padres y en México nacieron dos de mis tres hijos. Siento un cariño enorme hacia ese país?, explicó. Y en México fue donde conoció la rancheras. ?Hace 10 años decidí cumplir mí deseo de grabar un disco con todas aquellas canciones latinoamericanas que me hubieran impresionado a lo largo de mi vida. Grabé tangos, canciones cubanas, tropical, pero no grabé ninguna ranchera porque pese a que fue la primera música que escuché de pequeño, no me atreví por el respeto que sentía por ellas. Ahora lo he hecho porque se celebraba el centenario del mariachi y pensé que era el momento adecuado?. El tenor reconoció que durante la grabación del disco cantó ?con mi voz y a mi manera?, pero que le puso un ?sentimiento especial? porque esas canciones son ?todo sentimiento?. Y dijo que no sólo tienen una música bellísima, ?sino que sus letras son poesía pura?. Subrayó la dificultad que tiene cantarlas porque implica romper la voz, y anunció que si su calendario se lo permite le gustaría presentar este disco en el Auditorio Nacional. ?La música ranchera es peligrosa porque para cantarla con sentimiento hay que romper la voz y después no puedes cantar ópera en cinco o seis días. De todos modos si mi itinerario me lo permite me gustaría cantar este disco en el Auditorio Nacional de México?. El tenor recordó un concierto que ofreció en este lugar hace algunos años, y comentó que le encantaría repetirlo. ?Fue inolvidable porque primero canté ópera, después zarzuela y luego siete rancheras, y a la gente la fascinó la mezcla. Fue una combinación muy buena que me gustaría repetir, pero no se cuando podré volver a hacerlo?.