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En el multinominado largometraje Birdman, Michael Keaton da vida al personaje de Riggan Thomson, un egocéntrico hombre que tras haber visto esfumarse sus días de gloria buscará reavivar su carrera con un montaje en Broadway que le aseguraría su triunfal regreso al espectáculo.

Esta no sólo podría ser la historia de Riggan sino la del mismo Keaton, quien tras estar casi una década inactivo, busca con el filme dirigido por Alejandro G. Iñárritu demostrar que ha regresado a las grandes ligas.

Las similitudes entre ambos personajes son más que obvias —con sus debidas proporciones— y parecería que es este mismo factor el que ha hecho más grande su interpretación y que sea uno de los favoritos para alzarse con el Oscar a Mejor Actor.

Aunque G. Iñárritu no ha confirmado que la historia de Keaton haya sido uno de los factores que lo convencieran a llamar al otrora Batman a formar parte de su filme, parecería un doble juego del que ha sabido sacar provecho.

Keaton y Riggan fueron los primeros superhéroes de sus épocas, en una industria que no estaba infestada de héroes surgidos de comics.

Otra similitud es que pudieron llevar a sus icónicos personajes más allá, pero decidieron no hacerlo, y con eso el rumbo de sus carreras cambió.

Riggan se convirtió en un actor cada vez más exigente, lo cual hizo que dejara de ser Birdman y con ello su popularidad decayera y Keaton abandonó la saga de Batman luego de que Tim Burton fuera suplido del proyecto por Joel Schumacher, quien hizo la tercera entrega del hombre murciélago.

A pesar del paso de los años, los dos no lograron huir del personaje que los encumbró y, aunque cada uno probó con otros proyectos, nunca escaparon del fantasma de su alter ego.

Tal vez el mayor parecido entre el personaje y el hombre sea que ambos vivieron su gran esplendor de la mano de un superhéroe —Riggan con Birdman y Keaton con Batman— y que ambos quieren demostrar que aún pueden resurgir y tener éxito.

¿La mayor diferencia?, Keaton ha mencionado que es “el ego”, pues mientras su personaje es un sujeto con una locura y obsesión interna que le dificultan trabajar con otros, para él, un hombre nacido en una granja de Pensilvania bajo el seno de una familia humilde, el egocentrismo nunca ha sido algo con lo que haya tenido que lidiar, pues no existe.

Además, el personaje ficticio es un actor de un solo éxito, mientras que el actor de 63 años tuvo una gran popularidad gracias filmes como Beetlejuice, Multiplicity y Jackie Brown.

Ambos tienen hijos, quienes a su vez trabajan con ellos, sólo que Sam Thomson (Emma Stone) hija de Riggan es una ex drogadicta e insegura mujer con problemas mentales; el hijo de Michael, Sean Maxwell, es en palabras del actor “el mejor amigo que pude haber deseado, al cual amo”.

Si hay una diferencia clave entre el personaje y la estrella, esa es que mientras el personaje salido de la mente de G. Iñárritu es un hombre que busca ser el centro de atención a como dé lugar, Michael Keaton sólo quiere hacer películas que signifiquen algo, sin importar si esto le devuelve la popularidad que décadas atrás vivió.