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El Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) es el más añejo de México; ha sido visitado por Williem Dafoe, Antonio Banderas y Vigo Mortensen; los cineastas Brian de Palma y Pedro Almodóvar, pero no está considerado en la crema y nata de los certámenes en el mundo.

El festín fílmico, que inicia hoy en Jalisco, no alcanza la categoría A que otorga la Federación Internacional de Productores de Películas (FIAPF, por sus siglas en inglés), rubro donde sí están 15 certámenes como Cannes, Berlín y Venecia. Sundance, considerado el baluarte en cine independiente, tampoco alcanza máxima letra.

De la zona de Iberoamérica sólo están Mar de Plata (Argentina) y San Sebastián (España).

Pero eso no preocupa a Iván Trujillo, director del certamen fílmico anual.

Durante 2014 tuvo más de 110 mil asistentes en su semana de duración (Toronto hace medio millón, según los organizadores) y contó con cerca de 400 títulos, entre cortos y largometrajes en exhibición, cifra que iguala los ya mencionados.

El FICG recibirá en esta ocasión al realizador Guillermo del Toro y a la diva española Victoria Abril, y el productor Emilio Estefan presentará su filme. Apenas el miércoles canceló, por cuestiones de salud, el cineasta italiano Bernardo Bertolucci. “No está contemplado (ser festival A) porque precisamente, al ser un festival iberoamericano en competencia que no pide estrenos a nivel internacional, no cumple con lo que pide la federación, pero creo que no nos corresponde, no es necesario desde mi punto de vista”, señala Trujillo, al frente del festival por ya cinco ocasiones. “Las dimensiones que tiene el FICG son importantes, para la región, y eso nos funciona porque, al no ser restrictivo, podemos tener películas que vengan de Berlín o Cannes, e invitados”.

La asistencia de industria y mercado arroja que en 2014 hubo 840 empresas registradas, y se contó en todo el festival más de 50 naciones para las distintas fases.

En Cannes asisten, en promedio y de acuerdo a su página oficial, 10 mil 500 compradores y vendedores del orbe, lo que lo convierte en el primer mercado profesional mundial.

“Mientras otros festivales nacieron con la idea de tener cine del mundo, Guadalajara lo hizo en 1986 tratando de apoyar al cine mexicano, que entonces estaba en crisis y comenzando a proliferar los videohomes”, recuerda Trujillo, ex director de la Filmoteca de la UNAM.

“Es algo que no se ha dejado de hacer, eso es lo principal que hacemos; el mercado es importante y como respuesta surgió Ventana Sur (Argentina), ahora muchos acuerdos que se hacen aquí se finalizan allá y viceversa”, añade el directivo.

El FICG se ha sumado este año a la minimización de contaminación ambiental y por ello, entre otras actividades, ha decidido reducir la impresión de catálogos.

De los 5 mil que se tiraron en 2014, ahora se espera tener menos de 2 mil. “La vez pasada se nos entregaron unos 200 catálogos de regreso, entendemos que no interesan tanto a algunas personas y debemos reducir”, señala Trujillo.