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Glendale.— La cantante estadounidense Katy Perry prometió una candente actuación en el Super Bowl XLIX y no decepcionó ayer por la noche durante el medio tiempo del encuentro entre los Seahawks de Seattle y los Patriots de Nueva Inglaterra.

Perry ingresó a la grama del estadio de la Universidad de Phoenix montando un león dorado gigantesco y se fue abriendo paso entre un nutrido grupo de bailarines para llegar al escenario principal mientras entonaba la canción “Roar”, uno de los hits recientes que la han convertido en icono de la música pop mundial.

La artista de 30 años de edad que, entre otras cosas, se ha hecho notar por los numerosos cambios de vestuario en sus shows, le cumplió a su enorme legión de seguidores con un vistoso despliegue.

Vistiendo un colorido traje rojo cubierto con flamas, Perry cantó al lado de Lenny Kravitz en un costado del escenario que fue iluminado con flamas que alcanzaban la parte alta del inmueble, mientras en el centro del escenario se modificaba la escenografía para formar una colorida isla, con palmeras, pelotas de playa y tiburones.

Entonces Perry, quien desplazó a Justin Bieber como la cantante con más seguidores en Twitter con 64 millones, cantó otro de sus más grandes éxitos, “Teenage dream” y puso a bailar a los aficionados reunidos en el inmueble localizado en esta ciudad.

Pero la cantante californiana, quien saltó a la fama en 2008 con su segundo álbum y ha vendido más de 11 millones de copias de sus discos, aún tenía guardada una sorpresa que prometió en los días previos al encuentro; de repente comenzaron a sonar las notas del hip hop de Missy Elliot con el éxito que la convirtió en estrella del género: “Get Your Freak On”.

Después de acompañarla a cantar un par de canciones con sus respectivos cambios de vestuario, Perry guardó lo mejor para el final y se elevó sobre el escenario para cantar, en una cometa, su más grande éxito hasta ahora que es “Firework”.

Siete canciones con cinco escenografías distintas y un despliegue de fuegos artificiales y efectos visuales, es lo que presentó la cantante, en poco más de 12 minutos de show que, estima la NFL, tuvo una audiencia de 115 millones de personas tan sólo en Estados Unidos.

Además de la intérprete, participaron John Legend, quien cantó “America the Beautiful”, así como Idina Menzel, quien estuvo a cargo del Himno Nacional de Estados Unidos y artistas de country.

Antes de Perry, la NFL eligió a Bruno Mars (2014), Beyoncé (2013), Madonna (2012) y los Black Eyed Peas (2011) en una clara señal de que la liga busca complacer a su base de aficionados más jóvenes amantes del pop con una dosis de rock.