Nadie me entiende en el amor: Binoche

APERTURA. Dieter Kosslick, director del festival, posó con Rinko Kikuchi, Juliette Binoche, Gabriel Byrne, e Isabel Coixet. (Foto: FABRIZIO BENSCH / REUTERS )
Berlín.— Posee un rostro cautivador y una trayectoria envidiable, pero Juliette Binoche dista mucho de ser una de esas divas que miran hacia abajo desde su pedestal de estrella. En entrevista, la actriz francesa ríe a carcajadas mientras desgrana los detalles de su nueva película, Nadie quiere la noche (Isabel Coixet), con la que ayer inauguró la Berlinale.
Contó, por ejemplo, cómo fue que aceptó este filme: “Cuando hablamos por teléfono, Isabel me dijo que si yo no hacía la película no habría película. Así que dije: ‘¡Wow, ok!, leeré el guión y te diré qué pienso’. Creo que (Coixet) vio Camille Claudel y quería algo así, que fuera sin pulir, desnudo de alguna manera. Cuando leí el guión me encantó: era tan íntimo, daba miedo, tan extremo... Y luego estaba mi personaje, que aprende a transformarse porque si no, no sobrevive”.
El personaje de Binoche, Josephine Peary, es estadounidense, lo que representó un reto para la actriz francesa: “Josephine Peary me daba miedo; dudaba de si la gente se lo creería. Pero me dijeron que tenía raíces alemanas que dije: ‘Ok, ¡entonces puedo hacerlo!’ Además, la confianza que tenía en Isabel era tan grande que todo resultaba muy atractivo”.
La historia de Nadie quiere la noche le recordó a Binoche a Ingmar Bergman, por su tono femenino. “Cuando leí el guión pensé en Bergman, que mostró bellísimamente a las mujeres y no tenía miedo de esa parte femenina. Lo que realmente me importa es que el director sea un artista, tenga visión y sensibilidad. No obstante, creo que necesitamos urgentemente lo femenino.
“Eso no significa siempre que tenga que ser una mujer, sino permitir la entrada de la feminidad en el mundo de las películas y en el nuestro. Hay que encontrar la unidad entre los dos polos”.
Incluso aceptó hacer una comparación con respecto a su personaje ya que al contrario que Peary, Juliette ha sido muy independiente en cuanto a sus parejas.
“Creo que cada cual debe encontrar su propia independencia. Yo necesito a alguien que sea independiente y encuentre su propia pasión. Siempre quise tener hijos, y tengo dos, pero no puedo pensar en mi vida sin participar en el mundo. ¿Sacrificios? A mis hijos, desde luego que no, porque ser madre era muy importante para mí. Pero respecto a mi vida personal siento que no he conocido a nadie que me entienda. Quizá fui impaciente pero es así, y estoy feliz”.
Binoche está a punto de cumplir 51 años, aunque nada en ella aparente esa edad. Debutó en el cine en 1982 con Liberty Belle, pero su salto a la fama fue unos años después con La insoportable levedad del ser o Los amantes del Pont Neuf.
Trabajó en la trilogía de los colores de Krzysztof Kieslowsky, se llevó un Oscar por El paciente inglés y fue nominada de nuevo por Chocolat. Tiene pendiente de estreno Los 33, la historia del rescate de un grupo de mineros chilenos que protagoniza Antonio Banderas. La Berlinale la aclamó ayer como una diva indiscutible para su primera alfombra roja. EFE y DPA





