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Ambos nacieron en México, por lo que legalmente son connacionales, pero uno tiene doble nacionalidad y la otra sólo recuerda con agrado su existencia en Taxco.

Es el caso de dos ganadores del Oscar que pasarán a la historia como las personas que, muchos deseaban, se proclamaran como mexicanos por orgullo.

El primero fue Emile Kuri, quien ganó el galardón en dos ocasiones: 1950 y 1954.

Lo hizo por el Diseño de producción de La heredera y 20 mil leguas de viaje submarino, de gran presupuesto.

Le siguieron cintas como Cupido motorizado y la serie El Zorro, luego se enfrascó en muchas producciones de los estudios de Walt Disney, enfocado en el cine de fantasía y familiar. Se retiró de los sets en 1972.

El otro caso es más reciente. Apenas el año pasado Lupita Nyong’o logró el Oscar a Actriz de Soporte por su papel de mujer violentada en 12 años de esclavitud.

Jamás dio palabras sobre México en su discurso de ganadora.

Los meses siguientes han sido de vacas gordas para ella. Formó parte del elenco de Star Wars: Episodio VII, la franquicia taquillera de George Lucas, que estrenará en diciembre próximo y prestó su voz para la cinta El libro de la selva.

Hasta hace unos días, su nombre sonaba para ser una de las invitadas a un certamen internacional de cine, cosa que hasta el momento no ha sido confirmado.