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Guadalajara.— Para Guillermo del Toro, realizador nominado al Oscar por El laberinto del fauno y quien ha dirigido Titanes del Pacífico y Hellboy, México ha pasado de la descomposición social a la vorágine total.

Y que quienes pueden tomar decisiones, deben tener conciencia de que lo malo también a ellos los va a afectar. “A muchos de nosotros nos van a olvidar, pero a ellos las chingaderas que hacen, la historia los va a recordar.

“Me gustaría, a alguien que ejerce a gran escala la corrupción, preguntarle: cómo crees que no te va a afectar”, agregó instantes después.

Consideró que actualmente se vive una ley como del Viejo Oeste, en donde se llegaba a un cantina con pistola.

“No hay una estructura que lo detenga; una cosa es crisis social y otra, una descomposición. Me preocupa no nada más cuando estoy aquí, sino también de afuera, lo que pasa es que estamos viviendo todos los mexicanos un duelo: tenemos que encabronarnos con las pérdidas (humanas) porque no pueden ser y realmente no pedimos, ni exigimos, nadie y de ninguno de nuestro niveles, nada que no esté escrito en las funciones de a quien se lo exigímos”, subrayó el cineasta.

El mismo del Toro ha sido víctima de ello, pues desde hace casi 20 años no radica en México, tras el secuestro de su padre. “Vivimos en un momento en que la mayoría de estructuras que nos sostienen, nos demuelen; me preocupa infinitamente que los medios, a veces cuando la gente habla, simplemente guarden silencio.

“Es triste que la gente que tiene herramientas políticas para hacer cambio social, no lo hagan, pero no es excusable que las personas que tengamos pulso y latidos en el corazón, no hagamos algo en lo que se necesita hacer”.

El cineasta, por ejemplo, dijo que suele contratar mexicanos en puestos claves de sus películas.

“Como en The Strain (serie de tv) que tiene a Joaquín Cosío, creo que es clave quedarte en la historia de alguien positivamente y es darle la mano en su momento, sea en el nivel que sea”.

A pregunta expresa, Del Toro lamentó el anuncio de recortes en diversos sectores, posiblemente la cultura, pero al mismo tiempo consideró que sería soberbio pensar que el cine es más importante que la educación.

“Si tuviéramos el porcentaje de fallas que ha tenido el gobierno mexicano, ya estaríamos desempleados.

“Pero no es soberbio pelear, estamos en un momento en que el medio digital (por costos) garantiza la supervivencia de quien quiere hacer cine, pero eso no quiere decir que no peleemos por esa existencia... Hay que pelear por recursos fiscales y donde (como cineasta) te puedas buscar la vida”, apuntó.

Del Toro estuvo ayer en esta ciudad para ofrecer una plática en el marco del Festival Internacional de Cine, que fundó hace 30 años.

“Todos éramos cácaros, boleteros, choferes, luego llevábamos a los invitados a comer y esto ya ha crecido”.

Sus proyectos. En octubre se verá en cines Crimson Peak, su más reciente trabajo como director, protagonizado por Tom Hiddleston (Thor) y Jessica Chastain (La noche más oscura).

“No es una película de horror o de miedo, creo es un romance gótico con elementos de misterio; es la primera vez y lo digo en broma, que hago una película europea en EU, pues tiene un ritmo diferente; con Mimic fue un frentazo tan fuerte que dije: voy a hacer películas de entretenimiento puro y duro en EU y las más raras y oscuras, por mi lado, y ésta es una mezcla de las dos cosas”, consideró.

Un mes después, en noviembre, arrancaría la secuela de Titanes del Pacífico, donde tendrá a mexicanos como los conductores de estos robot en contra de los seres provenientes del fondo del mar. “Se llama Black María (el personaje), que a la vez será homenaje al primer estudio de cine que tuvo Thomas Alva Edison y va a ser tripulado por dos hermanos mexicanos”.