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Enrique Iglesias recuerda que cuando iba al colegio no tenía suerte con las chicas porque era flaco; ahora, con 20 años de carrera artística, cientos de canciones, fortuna y el éxito internacional, no para de levantar suspiros por donde pasa.

Hoy cumple 40 años y cuenta con más de 100 millones de discos vendidos, pero se sigue sintiendo como cuando empezó una carrera que le ha dado muchos aprendizajes.

“Creo que he sido un chaval con mucha suerte. Pienso y no me canso de repetirlo que en la vida hay que luchar por tus suenÞos; he tenido subidas y bajadas y en esos malos momentos aprendo a valorar muchas cosas. Si volviera a empezar lo hariìa todo igual, desde mis inicios ha sido como una montanÞa rusa a toda velocidad”, explicó en una entrevista genérica.

“Yo sigo siendo el mismo. Normal, tal vez un poco inmaduro y es que no me gusta tomarme las cosas muy en serio sino divertirme”.

Pasiones tiene muchas como tomar el sol o volar su hidrolícelo en Miami; desde pequeño aprendió a dejar de lado el apellido y el hecho de ser hijo de Julio Iglesias, considerado el cantante mejor pagado del mundo.

“Ni con todo y apellido fui popular en la prepa. Las chicas no me haciìan mucho caso, siempre fui flaco y me la pasaba con los chicos jugando futbol. Más que el apellido es el reto de superarlo y de hacer las cosas por ti mismo y puede ser una navaja de doble filo. Somos todos gente normal, padres, hijos, hermanos. Yo siempre fui medio complicado, metido en mi mundo. En la vida cada cual escoge su camino y yo escogiì el miìo. Él es el mejor padre del mundo, pero no hablamos de nuestras carreras, no fue ni ha sido necesario y es mejor así”.

Para el cantante, México ha sido clave en su carrera y siempre le estará agradecido.

Después de hacer el crossover al inglés, en 1999, rebasó fronteras y la fama no lo soltó.

Luego aprovechó incluso para hacer su debut en Hollywood con Once upon a time in México, y posteriormente hizo apariciones en series como 'Two and a half men' o 'How I met your mother'.