cesar.huerta@eluniversal.com.mx  

Guadalajara.— En octubre de 2013, el cineasta Robert Rodríguez reveló que en una llamada telefónica le había dicho a su homólogo, Quentin Tarantino, que debía poner la mira en el actor mexicano Demian Bichir para trabajar con él en futuros proyectos.

El director de Bastardos sin gloria y Kill Bill le hizo caso. Lo ha reclutado como parte de The hateful eight (Los odiados ocho), que se encuentra actualmente en rodaje en Colorado, EU.

En la cinta comparte créditos con Channing Tatum y Samuel L. Jackson.

“Sucede exactamente después de la guerra civil en Estados Unidos, entonces por eso los pelos y por un montón de razones”, dice Demian, quien luce una larga barba.

“Apenas ayer estábamos en la nieve, me dijeron estaríamos a menos 20 grados y pensé que iba a aguantarlos, soy pez del trópico y del DF, pero sí pude”, señala.

De acuerdo con una sinopsis en la página imdb.com, base de datos cinematográficos, The hateful eight se ubica en Wyoming cuando un grupo de cazarrecompensas deben encontrar refugio durante una tormenta de nieve, entrando en una dinámica sobre quién sobrevivirá a todo.

“No sé cómo explicarla, es algo como lo que hace Tarantino; la tienen que ver, no puedo contar mucho por razones obvias, pero en cuanto dé luz verde de poder hablar, diremos cosas”, apunta.

Pierde “virginidad”. Demian, nominado al Oscar en el año 2012 por su papel en Una vida mejor, tuvo una visita fugaz a esta ciudad donde la noche del viernes presentó el filme argentino Muerte en Buenos Aires, que protagoniza.

En ella interpreta a un detective en busca de esclarecer un asesinato, acompañado de un joven policía (Chino Darín, hijo de Ricardo Darín, actor de El secreto en sus ojos).

En una de las secuencias ambos personajes tienen un beso, el cual se filmó en una sola ocasión. “Le dije a Natalia (Meta, directora) que la hiciéramos como escena de acción, a una sola toma y ya”, bromea Demian. “Nunca había trabajado con una directora y comprobé lo que siempre he pensando: que la mujer siempre tiene más clara la vida, que muhos de nosotros (hombres)”, señala.

Muerte en Buenos Aires se proyectó en el marco del festival de cine que se desarrolla en esta ciudad, como una de las galas principales.

Sigue película. Tras terminar su participación bajo la mano de Tarantino, el actor de 51 años seguirá en forma con Refugio, su ópera prima como director.

Martín Hernández, recientemente nominado al Oscar por su trabajo en la película Birman, es el supervisor de sonido.

“Ellos están adelantando lo que puedan, sin mí”, expresa escuetamente.

Refugio, que trata acerca de una persona y su crecimiento en un circo, podría verse a fines de año, pero no corre mucha prisa para ello.