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Brad Pitt se acerca más a lo mexicano y ahora ayudará a distribuir la cinta Nightingale, producida por Alex García, mismo de la taquillera No sé si cortarme las venas o dejármelas largas.

La película, protagonizada por David Oyelowo (Selma), es un drama que mostrará a un hombre enamorado de un viejo amigo del ejército.

Mientras se prepara en ello, comenzará a decaer en su vida.

“La película fue enseñada al agente de Brad Pitt, este la vio y le encantó, entonces decidieron sumarse al proyecto”, dice Alex.

“Ellos tienen Plan B (una empresa) que tiene buena relación a nivel internacional, conocen esto de las ventas, todo eso y van a impulsar la historia”, agrega el productor.

Esta no es la primera vez que la estrella de Guerra Mundial Z y Bastardos sin gloria colabora con el talento mexicano.

Coprotagonizó Babel, de Alejandro González Iñárritu y apoya el proyecto The tiger que tiene en sus filas a Guillermo Arriaga.

Y García es alguien que ha incentivado la producción con otros países como la versión cinematográfica de El cartel de los sapos, con Colombia y El jesuita, protagonizada por Tim Roth (Perros de reserva).

“Hace meses nos trajeron el guión de la película, lo leímos, nos gustó y decidímos producirla; ellos ya traían en mente al actor que deseaban y sólo fue dar el visto bueno”, dice Alex.

BN Films es la empresa del entrevistado constituida en Estados Unidos, para largometrajes.

Habla con dioses. García es también productor de Hablando con Dioses, proyecto fílmico que reúne a casi una decena de directores del orbe como Hideo Nakata (El aro), Alex de la Iglesia (El día de la bestia) y Emir Kusturica (Underground).

Con un estreno comercial tentativo a fin de año o principios de 2016, se encuentra por ahora recorriendo diversas universidades del mundo.

El concepto gira en cómo es vista la religión en distintas culturas, sin atacarla o burlarse de ella.

“Ha sido un proceso muy largo, está todavía en eso, hay mucho que hablar, pero va caminando conforme queríamos”, expresa.

Paralelamente se encuentra en los toques finales de Refugio, ópera prima de Demian Bichir.