Soy hijo de Emmanuel pero sufro: Acha
APUESTA. El cantante se encuentra promoviendo "Claroscuro", su tercer disco producido en su totalidad en Italia. (Foto: AGUSTÍN SALINAS / EL UNIVERSAL )
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El balance entre su vida, sus creencias y la música han hecho que el cantante Alexander Acha se arriesgue a mostrar otra parte de si mismo, pues quiere que hable su talento y que no se piense que su camino en la industria depende de sus influencias familiares.
“Mucha gente cree que por ser hijo de Emmanuel he tenido una vida rosa, pero no es así. También he sufrido y he tenido claroscuros. Nunca he bajado la guardia; fui fiestero y me arrepiento porque eso me hizo perder el tiempo que me hubiera gustado dedicarle a la música.
“Ahora mi vida es más centrada, estoy sano, siento mucha paz, me siento una mejor persona y he aprendido de mis errores”, dijo.
Hoy continúa con clases de canto y guitarra para seguir aprendiendo y así explorar nuevos géneros y sonidos en Claroscuro, su tercer disco producido en su totalidad en Italia. En el material se acerca al inglés en algunos de sus temas gracias a que compuso junto a otros autores que hablaban ese idioma.
“Ahora uno de los beneficios es que puedo cantarlo en otros países. Soy muy apasionado de la música y pienso que no es un juego, por eso no la hago sólo para divertirme. A la hora de componer busco la mayor belleza y no lo hago rápido ni veo una canción como un producto sino como arte; a quienes la ven solamente como un negocio están equivocados porque es una expresión del alma”, refirió.
Con algunas firmas de autógrafos Alexander promoverá el trabajo que consolidó a lo largo de dos años, cuando de 33 canciones tuvo que seleccionar las adecuadas para dejar ver que no sólo es un baladista sino que puede tener ritmos bailables y hasta anglos.
Es por ello que espera superar o al menos igualar el éxito que tuvo “Te amo”, canción que como otras prefiere escribir durante el paso de la noche ya que la inspiración es algo que llega de manera inesperada.
“Siempre necesito privacidad, aislamiento y soledad, a veces hasta se me olvida comer. Debo cargar un aparato electrónico para grabar mis ideas si no se me olvidan, una vez estoy seguro que olvidé lo que pudo ser un hit, pero otras tantas tengo que suspender todo porque el sentimiento es muy fuerte”.
Desde hace algún tiempo no ha dejado de manifestar su fe y amor en Dios; aunque sabe que no todos lo aceptan, se sincera diciendo que no le importaría vender cinco mil discos menos con tal de compartir y no excluir sus pensamientos.
“Claro que he tenido problemas porque los mensajes hacia Dios no siempre son bien recibidos, hay gente que está peleada con él y le tienen cierto rencor junto a la Iglesia”, indicó.