Sofía Loren, imparable
5 GLOBOS DE ORO, un Oscar y un Bafta, entre sus premios. (Foto: SEBASTIEN NOGIER / EFE )
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ROMA.— Durante su paso por Cannes acaparó los flashes y se llevó una ovación. A sus casi 80 años, que cumplirá el próximo 20 de septiembre, la actriz italiana Sofía Loren sigue celebrando la vida y disfrutando su carrera, sin preocuparle la edad. “Los años pasan para todos, pero me siento muy bien y con mucha energía. Tan es así que tengo un proyecto muy importante, del cual no quiero hablar, pero será un nuevo desafío para mí y una sorpresa para todos ustedes”.
Luego de la ovación que le tributó el auditorio antes de la proyección de la película La voz humana, en la cual fue dirigida por su hijo Edoardo Ponti, Loren dijo: “¿Qué actriz no sueña con interpretar esta obra, un monólogo bellísimo que expresa todos los tormentos y sufrimientos que comporta el amor para una mujer?”
Inspirado en una obra de Jean Cocteau, que Erri de Luca y Edoardo Ponti adaptaron para el cine, con la fotografía de Rodrigo Prieto, el mexicano-hollywoodense, como lo definen en Italia, La voz humana, que dura 25 minutos, fue un auténtico reto para Sofía Loren, ya que en toda la película, salvo algunas escenas rodadas en Nápoles, interpreta una mujer hundida en la soledad de una habitación oscura donde impera el silencio y la angustia.
“El monólogo era tan difícil que trabajé muchísimo con mi hijo para poder encontrar la mejor manera de hacer y contar esta historia. Edoardo y Erri Luca querían que hablara no propiamente en napolitano, sino con la cadencia napolitana ya que, siendo éste mi origen, podía dar lo máximo no sólo porque es algo que me sale del corazón, sino porque en realidad yo hablo así”, comentó la actriz italiana.
Su hijo Edoardo coincide y recuerda los complicados momentos del monólogo. “Mi madre, que siempre ha actuado por instinto, aceptó por primera vez el reto de probar por seis semanas, las cuales eran necesarias para alcanzar la transformación de las emociones, el dolor, la esperanza de esta mujer, que espera que su hombre regrese, y que se convierten en desesperación”.
Esta semana, para festejar sus primeros 50 años de vida, también fue proyectada en Cannes la película Matrimonio a la italiana, restaurada por la cineteca de Boloña, de la cual Sofía Loren y Marcello Mastroiani son los protagonistas.
Loren ofreció además una clase magistral en la Sala Buñuel en donde la esperaba una ovación de pie. Y aun cuando ha recibido todos los premios, incluidos dos Oscar y una Palma de Oro, dice que aún sigue sin creer que sea una gran actriz.
“Nunca fui a la escuela, no pude ser educada como debería por mis padres porque mi papá nunca estuvo presente, así que siempre pensé que en algún momento de la vida iba a fracasar”.
Pero se asume como una una persona muy afortunada que ha estado rodeada de la gente adecuada.
“Siempre llegaron a mi vida las personas correctas, en el momento correcto, y nunca tuve grandes enemigos. La vida no es fácil, especialmente cuando vives tantos años. Pero tengo que decir que a mis 80 años estoy muy orgullosa de mi carrera y estoy empezando a contar todos los minutos y horas que me faltan por disfrutar”.
En efecto, la vida de Sophia no ha sido fácil pues, según explica, proviene de una familia que conoció muy bien la pobreza. “Empecé en el cine para sobrevivir. Éramos tan pobres que había días que en mi casa mi madre, mi hermana y yo no teníamos nada qué comer. Cuando bailaba en las audiciones me ardía el estómago de hambre. Claro que quería ser actriz y triunfar pero si no tenía qué comer, no podía hacer nada”, recuerda.
En la charla, también recordó su relación de trabajo y amistad con Marcello Mastroiani. “Marcello representa 20 años de mi vida”. (Con información de Alejandra Musi)