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La mayoría de cinéfilos asistentes, consultados por este diario, a las mencionadas cadenas cinematográficas advierten que una de las molestias es que pagan por ver una película y además tengan que ver los anuncios que, en sus palabras son más largos cada vez.

“Es molesto que pague más de 80 pesos por ver mi película (“La gran aventura Lego”) y tenga que ver comerciales. Antes al menos te pasaban más avances de películas”, señaló el señor Benjamín Salas al salir de un reconocido cine de Mundo E.

La duración y cantidad de comerciales varía de acuerdo al horario, género del filme, clasificación, día de exhibición y ciudad. En el resto de la República se destinan casi 14 millones de pesos en publicidad.

El costo por anunciarse en los cines de la ciudad de México va de los 60 a los 240 mil pesos por complejo a la semana.

Para las empresas de los productos que se anuncian, el impacto de su marca es mayor, ya que según el Estudio Buñuel (que mide la eficacia de la publicidad en cine), la recordación de anuncios en cine es de 75%, en comparación con el 45% que logra la tv de paga.

Tras el éxito que ha representado el cine, las marcas ven en este medio una mina de oro y de bombardeo comercial ideal, pues además de publicitarse antes de cada proyección, también lo hacen en todo lo relacionado al complejo.

Los asistentes notaron que la publicidad también aparece en canastas de palomitas, vasos de sodas, butacas y hasta en los baños, lo que genera derramas millonarias al año.

Un ejemplo son las canastas de palomitas por las que un anunciante tiene que desembolsar cerca de $1.74 pesos unidad impresa y adquiriendo un mínimo de 100 mil unidades.