Robin Williams y su trabajo pendiente
Video. La mañana de este miércoles en el sitio web de la publicación se dio a conocer la portada del ejemplar, en donde se ve a Williams de pie, vestido de negro, y muy sonriente
MALA RACHA. Su último éxito grande en taquilla fue "Una noche en el museo 2", en 2009. (Foto: AP )
Nominado en cuatro ocasiones al premio Oscar, ganador de uno, así como de cinco Globos de Oro, Robin Williams era uno de los actores más queridos de Hollywood y en un momento llegó a ser de los mejor pagados.
Sin embargo en la última década su carrera pasó por un bache del que buscaba levantarse y aunque a su muerte dejó cuatro filmes sin estrenar y unos más en preproducción, lo cierto es que sus últimos trabajos no habían sido los suficientemente rentables.
Tras el éxito que representaron en la década de los 90 filmes como Jumanji, Una mente indomable, Flubber, Patch Adams y El hombre bicentenario, Williams se consagró como uno de los grandes comediantes estadounidenses y uno de los más exitosos al recaudar con estos largometrajes mil millones de dólares en taquilla.
Hazaña que a la entrada en el primer lustro del nuevo milenio mantuvo gracias a su trabajo en películas como Insomnia, Una noche en el museo 1 y 2, así como prestando su voz a la película infantil Happy Feet.
No obstante tras sus dos divorcios, que le costaron según la revista Variety 30 mdd cada uno, Williams empezó a ver mermada su fortuna y con ello una mala racha de la que le costó levantarse y que los trabajos que hizo en los últimos diez años no le ayudaron a mejorar.
Su último éxito grande en taquilla fue Una noche en el museo 2 en 2009, película protagonizada por Ben Stiller que obtuvo en taquilla 415 mdd en todo el mundo y en la que él tuvo un papel secundario.
Tras este "éxito" llegaron una ola de fracasos como License to Wed, August Rush, Old dogs no rebasaron en taquillas los 90 mdd y en algunos casos como en The Big wedding ni siquiera recuperaron su inversión (costó 35 mdd y sólo recaudó 25).
A esto habrá que sumarle la serie en la que participó en 2013 titulada 'Crazy Ones', en la que daba vida a Simon Roberts, el excéntrico ejecutivo de publicidad de Chicago y que después de una temporada fue cancelada.
Por otra parte aunque el teatro fue uno de los medios por los que se dio a conocer y en la que comenzó a ganar adeptos a inicios de los 80, Robin no regresó con frecuencia a este medio, pues la última cosa que hizo fue un espectáculo de stand up titulado Robin Williams: Live on Broadway en 2002 y tras ello no volvió a subirse a una tarima.