Pierce Brosnan cautiva con su papel de suicida arrepentido
ACTO. Aaron Paul, Imogen Poots, Toni Collette y Pierce de A Long Way Down . (Foto: THOMAS PETER REUTERS )
BERLÍN.— El ex 007 Pierce Brosnan y el co-protagonista de la serie Breaking Bad Aaron Paul brillaron ayer en la alfombra roja de la Berlinale con el estreno mundial de A Long Way Down, una tragicomedia de Pascal Chaumeil que se presenta fuera de concurso en la sección Specials.
Inspirada en la novela homónima del británico Nick Hornby, A Long Way Down narra la historia de cuatro suicidas que se encuentran en la noche de San Silvestre en la azotea de un rascacielos de Londres con la intención de poner punto final a sus vidas. El primero de ellos, un ex presentador de televisión que lo ha perdido todo (Brosnan), no es capaz de hacerlo, y empuja al resto (Paul, Toni Collette e Imogen Poots) a bajar del rascacielos.
“Creo que la gente pensaba que era un libro fácil de adaptar, me decían que era muy cinematográfico por la imagen de estos cuatro tipos en el tejado a punto de saltar”, contó Hornby. “Pero el problema son dos minutos, el libro empieza con el climax dramático, pero mantener la tensión en el resto no es fácil”.
Aunque no es la primera novela que ve convertida en película (Alta fidelidad o About A Boy también llegaron al cine) Hornby confesó que “es una sensación extraña porque trabajas tantos años en una novela... ¡y luego alguien lo adapta y lo cuenta en 90 minutos!”.
Al igual que sucede en el filme, en el que este grupo de suicidas con personalidades radicalmente opuestas no puede evitar cuidar del resto, también en el rodaje se creó un clima especial.
“Creo que hablo por todos si digo que ésta ha sido una experiencia mágica”, apostilló Paul.
Brosnan, siempre impecable, respondió con elegancia británica a las preguntas sobre la fama, en alusión a su personaje. “La fama va y viene. A mí me encanta ser actor, me encanta trabajar y necesito trabajar”, añadió. “Y esta profesión implica tener los pies en la tierra para saber agradecerla”.
Asimismo fidelidad absoluta a su estilo mostró el músico Nick Cave, de negro riguroso como el resto del equipo del documental 20.000 Days on Earth, un exhaustivo retrato del poeta y músico australiano, incluido en la sección Panorama.
A Cave se le presenta en el documental, dirigido por la pareja de cineastas formada por Jane Pollard y Ian Forsythe, como un individuo poético y a la vez irónico, muy en el papel de iconoclasta corrosivo pero a la vez tranquilo con que se identifica al músico australiano.
El documental sigue a su personaje (desde que se levanta hasta que se acuesta), mezclando esas imágenes con documentos, fotos, imágenes de archivo y algunos comentarios de invitados de lujo, como la cantante Kylie Minogue.
“No sabría si comparar el filme con un diván de psicoanálisis. Lo mejor es que vayan a verla, quienes no lo hicieron aún, y examinen ahí lo que cuento de mi infancia, por ejemplo”, apuntó el músico.
“No teníamos una estructura clara. Esto es una especie de documental orgánico que se ha generado sobre la marcha”, indicó Forsythe.
Cave fue recibido en Berlín como un viejo conocido y amante de la capital alemana, una de las ciudades donde ha residido. (Agencias)