Los tamalitos de Silvia Pinal
AGRADECIDA. El puerto guerrerense le ha significado mucho en su carrera profesional y a nivel personal, afirma. (Foto: CLASOS )
cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Todos los días, durante el rodaje hecho en 1955 de El inocente, en Acapulco, Silvia Pinal recibía una caja con tamalitos que comía con gusto.
Pero en una ocasión no le dio tiempo y pidió que se los guardaran. Cuando regresó, no había nada de tamalitos. Pedro Infante, su compañero estelar, se los había comido todos y sin dejar huella.
“¡Pedro era un sinvergüenza y tragón!”, recuerda Pinal, de 81 años, del otro lado de la línea.
Seguramente era una locura el puerto, con las dos estrellas del cine mexicano ahí.
Sí, pero estábamos en una casa con vista al mar y teníamos que salir de ella en lancha; la casa tenía su muelle y no había oportunidad de que la gente se acercara.
Este fin de semana, la actriz de la cinta El ángel exterminador y productora de la serie de tv Mujer, casos de la vida real, recibirá un homenaje en el Festival Internacional de Cine de Acapulco, que arranca hoy.
El puerto guerrerense le ha significado mucho en su carrera profesional y a nivel personal.
“Ahí me fui de luna de miel y ese es el recuerdo más importante que tengo, yo estoy enamorada de ese puerto”, señala.
“Logré tener una casa pero cuando murió Viridiana (su hija, a principios de los años 80) me entró una nostalgia terrible y la dejé; con el tiempo pude reponerme y comprar un departamento, ahora tengo uno muy hermoso”, detalla Pinal.
¿Cuál es el comentario más divertido que le han hecho en la playa?
¡Uuuuy! No me acuerdo, pero han sido muchos, la gente es cariñosa y si eres guapa, te hacen sentir más hermosa siempre.
Dice Jorge Fons (director de cine) que cuando le hacen homenajes, siente que ya lo están “cafeteando”
(Risas) Yo para nada pienso eso, para mí un homenaje es eso, un premio al esfuerzo de cosas que se han hecho con un propósito.
Hay una película y obra de teatro llamada Nadando con tiburones, donde se dice que para hacer película siempre hay gente aprovechada. ¿Su caso fue el mismo?
(Risas) No me ha tocado la mala suerte de una cosa así, siempre me he sentido a gusto, apapachada, aunque igual hay gente que le ha pasado algo diferente.
¿Dirigir la Asociación Nacional de Actores (ANDA) es como estar en aguas turbulentas?
¡Ojalá fuera aguas! (risas). Es difícil, pero pienso que todos los sindicatos tienen sus procesos, la ANDA es el único de actores en el mundo que existe, creo; en un tiempo fue glorioso, muy envidiado, pero los tiempos han cambiado y pienso que ya no tenemos el glamour.
El cine mexicano tuvo una época hermosa, fascinante, el único que tenía premios que daba (con respecto a Iberoamérica).
¿Pronto la veremos desembarcar en televisión, cine o teatro?
Lo que puedo decir es que de teatro sí, estoy al pendiente de una obra que me hicieron favor de traducirme y que harían, si se puede, unos productores que quiero mucho; estoy esperando que me la permitan leer y a ver qué sucede.