Barcelona.—Lady Gaga desplegó en Barcelona su particular cóctel de música de baile, espectáculo y consejos para ganar confianza en uno mismo ante las 18 mil personas que llenaron el Palau Sant Jordi en el único concierto en España de la gira Art Rave.

La diva del pop inició su particular delirio al grito de Barcelona, una palabra que repitió hasta la saciedad a lo largo de las dos horas de espectáculo, en el que alternó fiesta desenfrenada con discursos emotivos.

Vestida con un espectacular traje de alas doradas, Lady Gaga apareció sobre el escenario con casi media hora de retraso, mientras sonaban los primeros acordes del tema “Art pop”, que da nombre a su último disco.

Este álbum reinó en la primera parte del concierto, con temas como “G.U.Y.”, “Donatella” o “Venus”, pero enseguida llegaron los éxitos de discos anteriores como “Just dance”, “Telephone” y “Paparazzi”.

“Olviden la política y disfruten el momento”, dijo la neoyorquina, que ha demostrado antes estar al día del proceso soberanista en el que está inmersa Cataluña.

“La política son líneas que nos separan. Lo importante es saber que al final del día somos todos habitantes de la misma Tierra”, añadió.

“Confíen en ustedes mismos y todo irá bien”, ha dicho la estrella del pop ante un público formado principalmente por jóvenes y homosexuales.

El momento álgido llegó cuando leyó la carta de uno de sus admiradores, al que buscó entre el público y lo hizo subir al escenario para poder bailar con él.

Pero pronto volvió la fiesta al escenario de esta gira, que no en vano se llama Art Rave.

Un magnífico cuerpo de baile formado por 15 bailarines desplegó todo su talento mientras sonaban temas tan bailables como “Bad Romance”.

Había momentos que era difícil elegir entre observar los movimientos de los bailarines, alucinar con su colorido vestuario o buscar las trampillas, pasarelas y demás sorpresas del escenario.

Pero entonces apareció Lady Gaga con un nuevo modelito y todos los ojos se posaron en ella, la diosa de todos aquellos se sienten diferentes.

Deslumbrados a ratos y emocionados en otros, los espectadores siguieron con atención el desarrollo de un guión que se repite con pocas variaciones en cada ciudad que visita, por lo que todos sabían que antes de “Bad Romance” la camaleónica intérprete se cambiaría de ropa sobre el escenario y se le podría ver medio desnuda.

Algunos dicen que las tristes cifras de ventas de su último disco auguran el declive de la diva, pero Lady Gaga salió al escenario dispuesta a demostrar que se equivocan, utilizando todos los recursos a su alcance: desde vestirse de pulpo hasta llorar de emoción, algo que el público agradeció. EFE